El Parlamento gallego ha aprobado la Ley de Patrimonio Natural de Galicia con los únicos votos del Partido Popular y entre abundantes críticas por parte de la oposición, que ha censurado la tramitación ‘exprés’ de una noma que no ha contado con la participación de los colectivos sociales expertos en la materia.

El debate de la normativa estuvo marcado por los reproches de todos los grupos de la oposición, que han advertido que este nuevo texto no garantiza la protección de los espacios naturales ni atiende convenientemente problemáticas como la “eucaliptización” y que, sin embargo, establece un veto implícito a la creación de nuevos parques naturales.

De hecho el parlamentario del Grupo Mixto, Davide Rodríguez, ha destacado que tanto la Asociación Drosera para el Estudio y Conservación del Medio Natural, como la Asociación Gallega de Custodia del Territorio; así como Ecologistas en Acción y el Foro de Redes y Entidades de Custodia del Territorio; además del Grupo Naturalista Hábitat, la Red Gallega de Entidades de Custodia del Territorio y la Sociedad Gallega de Historia Natural, entre otras, han demostrado y argumentado que el borrador de esta Ley no protege de forma efectiva a la naturaleza. Asimismo, el diputado, ha apuntado que “no hay un compromiso real que acompañe al dictamen de esta Ley”.

De la misma manera, Rodríguez, ha puesto el foco sobre el catálogo de especies amenazadas o en peligro de extinción que recoge la norma, que ya fue aprobado en 2007, y que recoge un total de 200 para las que se preveía la elaboración de planes de recuperación y conservación. “En la actualidad hay tres planes que no son aplicados. Tan solo el 1,5% del total de las especies han obtenido protección en doce años”, ha espetado. En esta misma línea, Davide Rodríguez, ha criticado que en el texto normativo “no queda claro que el aumento imparable del eucalipto esté relacionado con el abandono agrario y con el declive del medio rural gallego, generando así un caldo de cultivo para el negocio de la pasta de papel”

Intereses urbanísticos

Al rechazo político hay que sumar el de las entidades de estudio y defensa de la naturaleza que han señalado las carencia principales de la legislación que el PP ha impuesto sin consenso.

De hecho, rebaten que la práctica totalidad de las enmiendas presentadas por los grupos conservacionistas fueron rechazadas sin aportar ningún tipo de justificación razonada. Del mismo modo que apuntan que pese a lo afirmado en su preámbulo, este texto garantiza que los intereses urbanísticos particulares prevalecerán sobre el interés general de conservar el patrimonio natural. Asimismo, han destacado que a diferencia de lo que sucede en el resto del Estado, la norma establece una superficie mínima de 10.000 hectáreas para la creación de nuevos parques naturales, lo que impediría que buena parte de los existentes en la actualidad a nivel gallego tuvieran esta calificación. Además, han destacado la falta de control sobre las especies invasoras, así como la falta de protección institucional de los humedales y un régimen sancionador de perfil bajo, que no sirve para disuadir la vulneración de las prohibiciones, entre otras.