Ni siquiera después del 'armisticio' firmado por ambos en mayo pasado, el secretario general del PSOE había sido nunca tan explícito en su respaldo a Susana Díaz para que vuelva a ser la candidata socialista a la Presidencia de la Junta. Ante un Gran Teatro de Huelva abarrotado de militantes y simpatizantes socialistas, Pedro Sánchez prometió ayer que “echará una mano” para que Susana Díaz “vuelva a ser pronto pronto presidenta de la Junta”.

Las palabras de Sánchez parecen indicar que el acuerdo de mayo habría sido algo más que un mero pacto de no agresión. Ciertamente, el buen entendimiento que desde entonces reina entre ambos se funda en la evidencia irreversible de que el vencedor absoluto en la cruenta guerra civil socialista ha sido Pedro Sánchez, pero también es innegable que el líder socialista ha renunciado a los planes de castigo y aniquilamiento de Díaz que Ferraz dejó entrever sin complejos al día siguiente mismo de las elecciones del 2 de diciembre.

De hecho, desde que firmaron las paces en mayo, Díaz ha agradecido en numerosas ocasiones “la generosidad” de Pedro Sánchez con ella, convencida a su vez de que la pérdida de Andalucía fue un accidente que el PSOE puede revertir en la próxima cita electoral, más lejana, por cierto, de lo que los socialistas andaluces pronosticaron cándidamente en un principio.

Aunque el futuro de Díaz está por escribir, la expresidenta está determinada a competir en las primarias de su partido para ser de nuevo candidata a la Junta. Pero para eso queda mucho tiempo y se desconoce, por tanto, si llegado el caso tendrá algún competidor y si este contaría con el respaldo de Ferraz.

Precisamente ayer en Huelva, Sánchez puso en valor ante los suyos los resultados obtenidos por Díaz en aquella contienda donde el PSOE fue el partido más votado, pero la suma de las derechas lo desalojó del poder.

El presidente en funciones recordó que Díaz “ganó pero no se le reconoció ese resultado electoral” y pidió a los suyos que hicieran todo lo posible para que no ocurriera el 10-N en España lo mismo que el 2-D en Andalucía, cuando “como consecuencia de la desmovilización, tenemos cuatro años de gobierno de la derecha y sus tres siglas al frente del Gobierno andaluz".