Poca gracia, o mejor ninguna, les va a hacer a Albert Rivera y a los responsables nacionales y regionales de la estrategia electoral y de comunicación de Ciudadanos que un hombre muy importante e influyente dentro del PP andaluz, el malagueño Elías Bendodo, haya adelantado o “revelado” ante un medio de comunicación provincial sus planes de futuro cara a posibles alianzas tras las elecciones andaluzas. Y más que futuras e inmediatas “alianzas” electorales en plural habría que decir “alianza”, porque es la única que contempla el portavoz del PP andaluz, presidente del PP malagueño e íntimo amigo y mano derecha de Juan Manuel Moreno Bonilla, es un acuerdo pos electoral, tras las más que seguros comicios regionales de noviembre, entre su formación, el Partido Popular y Ciudadanos.

Bendodo en una entrevista concedida hoy al diario “La Opinión de Málaga” no solo apuesta por un gobierno de su partido con los naranjas en la Junta sino que lo hace de manera clara y excluyente: “No barajamos otra opción que llegar a un buen acuerdo para conseguir gobernar con estabilidad en Andalucía”. Un acuerdo con Ciudadanos”. En esa contestación y en otras posteriores desliza, sin mencionarlo, que el PP no podrá ganar solo las elecciones y que será necesario unir fuerzas. Un cambio radical en el mensaje optimista hasta hace meses en el que siempre se aseguraba que los populares de Moreno Bonilla ganarían las elecciones a los socialistas de Susana Díaz. O tal vez un baño de realidad que ha obligado al PP andaluz a perfilar el discurso y hacerlo más creíble en cuánto a futuros resultados. Una frase de la entrevista es esclarecedora ya que han pasado de decir garantiza que “vamos a ganar” de hace pocos meses al tímido “Yo creo que vamos a ganar. Repito, yo creo que vamos a ganar”.

Un gobierno de coalición con Ciudadanos


Insistiendo en el posible pacto que quieren cerrar con Ciudadanos, el portavoz del Partido Popular andaluz mantiene y analiza que como “las mayorías absolutas se acabaron, debemos tener la habilidad y generosidad para establecer un gobierno de coalición con Ciudadanos. En el PP andaluz, temerosos de que un mal resultado como marcan las encuestas conlleve la caída del feudo “sorayista” del sur y en concreto del candidato a la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, se agarran como clavo ardiendo a la opción de pacto PP-Cs: “En esta ocasión, tenemos al gobierno de la Junta más cerca que nunca”, es la respuesta que da Bendodo a la pregunta del periodista en relación al negro futuro del presidente del PP-A ante una nueva derrota electoral en Andalucía. Intenta ahuyentar esa amenaza de guillotina repitiendo por segunda vez, en lo que parece que será un mantra del argumentario del PP, que ante el escenario de que Cs tenga que elegir entre el PSOE y el PP qué ocurrirá. El dirigente regional popular contesta que “Ahora, tenemos que tener la suficiente habilidad nosotros para hacerles ver (a Ciudadanos) que el verdadero cambio en Andalucía es el PP”.


En un momento de la entrevista del periodista Matías Stuber, Bendodo -que es presidente de la Diputación de Málaga y gobierna gracias al respaldo del partido de Rivera- enfatiza que PP y Cs están condenados a entenderse también el Gobierno autonómico: “el futuro Gobierno de Andalucía será un Gobierno de PP y Ciudadanos. Si los dos partidos tienen en su mano lograr la alternancia en Andalucía, ninguno de los dos se podrá negar. Andalucía merece un cambio”.
 

Estas declaraciones no tendrían la importancia que tienen si no viniese de un personaje político dentro del PP de la talla de Elías Bendodo. Joven pero con experiencia orgánica e institucional y amigo, gran amigo desde la adolescencia de Moreno Bonilla, es una figura muy influyente en el partido y, a pesar de haberse batido el cobre por Soraya Sáenz de Santamaría, en caso de crisis explosiva en el PP andaluz, sería uno de los máximos aspirantes a coger las riendas y liderarlo. El futuro del “caso máster” de Casado podría ayudarle aun más.

 

'Palo y zanahoria' a Ciudadanos


Pero a pesar de las apelaciones a ese pacto y de los ofrecimientos a los oranges para gobernar juntos Andalucía, el dirigente regional del PP le atiza de lo lindo a Ciudadanos con frases tales como que la ruptura del acuerdo de Ciudadanos con Susana Díaz “Es un paripé, un teatrillo para disolver el Parlamento y convocar elecciones porque a ambos les interesa”, que “el cambio que los andaluces reclaman no puede llegar con los que han apuntalado el régimen, aunque ahora presuman de lo contrario como hace Cs” o que Ciudadanos ha sostenido el régimen socialista en Andalucía y los que venían para cambiar se han dejado arrastrar por la deriva socialista sin ofrecer resistencia”. Una estrategia de “palo y zanahoria” que en política es muy difícil de sostener y que, ante un periodo electoral intenso, puede abrir heridas muy profundas. Heridas que pueden transformarse en letales si los resultados de los comicios andaluces se ajustan a las encuestas que indican en su totalidad que la suma de escaños de PP y Ciudadanos no alcanzaría los 55 escaños necesarios para poder gobernar en coalición.

Arruinar el mensaje y la estrategia de Ciudadanos


En todo caso el adelanto de intenciones que ha hecho hoy un más que cualificado representante del Partido Popular andaluz como es Elías Bendodo, tendrá mañana respuesta de la formación a la que le “echa los tejos” para gobernar y a la que le “declara su amor sobrevenido” para ir juntos ya que ese argumento pactista, miles de veces repetido en pre campaña y campaña, echaría por tierra la estrategia de Ciudadanos de presentarse como una formación centrista y equidistante de la derecha y de la izquierda. Salir a unas elecciones con una idea marcada en el imaginario colectivo de los electores de que el voto a Ciudadanos es un voto que irá indefectiblemente a un gobierno presidido por el PP y Moreno Bonilla, es una daga en pleno corazón de los de Rivera que ahuyentaría a su parte de electores centristas.

Voto PP mudado a avenida Naranja


Al PP en cambio ese discurso le viene muy bien ya que de esa manera intenta recuperar el voto que, según todos los sondeos, ha mudado de calle y ahora se ha instalado en la Avenida Naranja. “Vivo en el número siete, calle Melancolía, Quiero mudarme hace años al barrio de la Alegría. Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía. Y es que esta canción tal vez se entone luctuosamente en la calle San Vicente -sede regional del PP- el “Día Hora H” de la apertura de las urnas autonómicas andaluzas.

Complejo y peligroso va a ser mantener ese tipo de equilibrio de “palo y zanahoria” con quien aspiras a que sea tu socio de gobierno. Hoy te quiero y mañana te odio, te digo “si tú, Albert, me dices ven, lo dejo todo” y luego te doy una patada. “Mucho te quiero perrito, pero pan poquito”… el refranero es rico. Son difíciles de mantener estos argumentos y esta estrategia en una campaña… cinco son un imposible.