El cargo de portavoz de la Ejecutiva Federal del PSOE que venía ocupando el alcalde de Valladolid Óscar Puente lo ostenta ahora el diputado andaluz Felipe Sicilia. No lo tendrá muy difícil el jiennense si la dificultad de su tarea ha de medirse por la altura a la que ha dejado el listón su antecesor en la portavocía.

Puente ha sido menos visible como portavoz socialista que como entrevistado políticamente incorrecto o como tuitero que llegó a escribir en su cuenta oficial perlas como ésta: “Para aquellos a los que les parece mucho que un alcalde cobre 86000€ al año, con una ciudad a su cargo, 3200 trabajadores y 360 millones de presupuesto, y no tener ni domingos ni fiestas de guardar, que piense que Cantó Toni va a cobrar 75000€ por rascarse los huevos a 2 manos”.

Además de Sicilia, miembro del poderoso PSOE de Jaén y muy cercano a la flamante vicesecretaria general Adriana Lastra, y del propio Juan Espadas, que será miembro nato de la CEF en tanto que presidente del Consejo de Política Federal, siete andaluces más tienen silla en la dirección del partido. La vinculación de Lastra con Sicilia viene de atrás: con cierta precipitación y sin haber hecho previamente las consultas pertinentes, Lastra promocionó sin éxito en su día a Sicilia como alternativa a Susana Díaz.

Esos otros siete andaluces que estarán en la dirección federal del partido son: el sevillano Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, que ostentará el cargo más importante como Secretario de Política Municipal y que en la anterior Ejecutiva fue secretario de Política Institucional; el diputado por Jaén Juan Francisco Serrano Martínez será secretario para el Pacto de Toledo y la Inclusión Social; la diputada por Huelva en el Parlamento andaluz María Márquez será secretaria de Formación; la diputada nacional por Sevilla Beatriz Carrillo será secretaria de Movimientos Sociales, Diversidad y Mayores, y la alcaldesa de Montoro (Córdoba), Ana María Romero, será la nueva secretaria de Agricultura, Ganadería y Pesca; la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, y la diputada por Málaga en el Parlamento andaluz María Nieves Ramírez Moreno serán vocales.

El porcentaje de respaldo de la nueva dirección da una idea de la unanimidad lograda por Pedro Sánchez en torno a su liderazgo: un 94,94% de votos de los 1.027 depositados en las urnas, con 975 a favor y 52 en blanco. Este porcentaje de respaldo supone 14 puntos más que en el anterior cónclave de 2017. Entre los 42 integrantes hay seis ministros.

Del 40 Congreso sale reforzado Pedro Sánchez y también Juan Espadas, pero quien realmente mucho más fuerte y cohesionado de como entró es el propio Partido Socialista. En el anterior congreso de 2017 venció el sanchismo; en éste lo ha hecho el socialismo, aunque la denominación preferida ahora sea la de socialdemocracia.

Aunque el de 2021 ha sido el congreso de la cohesión y  la euforia, las dinámicas orgánicas en las agrupaciones provinciales tienen su propia lógica, no siempre coincidente con el espíritu de unidad consagrado en las alturas. En Andalucía, las tensiones locales se localizan de forma más visible en la provincia de Cádiz, pero también hay banderías significativas en Huelva, Málaga, Sevilla y parece que Jaén.

El secretario general Juan Espadas tendrá que emplearse a fondo para limar diferencias, de forma que del cónclave regional de Torremolinos salga una Ejecutiva Regional respaldada si no por el 94,94 por ciento –algo casi imposible– sí por una mayoría lo bastante holgada como para que Espadas no tenga que preocuparse de aquí a las elecciones.

La apuesta personal de Espadas por alcanzar un pacto con el PP para sacar adelante los Presupuestos de 2022 –vía voto afirmativo, vía abstención– no ha generado hasta ahora reproches de puertas afuera, pero suscita dudas en una militancia que siempre ha sido muy beligerante con la derecha. Aunque no es probable, está por ver si dichas dudas afloran en el congreso de Torremolinos, que en principio se prevé plácido.