El psiquiatra y cofrade sevillano Javier Criado, que evitó el procesamiento en otros casos al prescribir los presuntos delitos, no ha logrado esta vez zafarse de la acción de la justicia, que hoy lo ha sentado en el banquillo acusado de un delito contra la integridad moral por el que la Fiscalía le pide dos años de cárcel.

Este miércoles se ha celebrado la primera de las dos sesiones previstas en el Juzgado de lo Penal número 9 de Sevilla por la única denuncia que ha prosperado de las promovidas contra el psiquiatra de la ‘jet’ sevillana por presuntas malas praxis y abusos sexuales sobre sus pacientes.

La estrategia de Criado, de 71 años, ha sido negarlo todo e intentar por todos los medios denigrar a la mujer de 59 años que lo acusa y que según el psiquiatra sufría un cuadro "clarísimo de trastorno histriónico de la personalidad".

La víctima, M.G.G.P., ha mantenido el testimonio en que basó inicialmente su denuncia: Criado le había dicho que su mal se curaba "con un buen polvo" y le preguntaba constantemente sobre su vida sexual, hablando de ello en términos muy groseros. "Yo salía de la consulta peor de lo que entraba", ha dicho.

"Todo lo que me hablaba era que tenía que follar", ha recalcado. También se interesaba por cuántas veces a la semana practicaba ella sexo y si junto a su marido "follaba bien". "Nada más que me hablaba de sexo y se metía con el Betis", ha subrayado, recalcando que la humillaba llamándola "loca", le decía obscenidades y que con él se sentía un "objeto sexual".

La denunciante ha negado rotundamente que pretendiera vengarse de Criado o que se hubiera concertado previamente con el resto de la treintena de mujeres que denunciaron por escrito a Criado ante el Colegio de Médicos de Sevilla por presuntas malas praxis y abusos sexuales.

Como se sabe, en su momento el Juzgado de Instrucción número 19 de Sevilla acordó declarar extinta por prescripción la posible responsabilidad penal del psiquiatra en relación a ocho de los nueve delitos de mala praxis y abusos por los que en diciembre de 2015 fue denunciado por ocho de las 32 mujeres que había llevado el caso al Colegio de Médicos.

A finales de 2016 la Audiencia de Sevilla confirmaba el archivo decretado por la juez instructora. La única denuncia que ha seguido viva es ésta por la que hoy Criado se ha sentado en el banquillo.

Pese a su derrota judicial de 2016, las víctimas nunca se dieron por vencidas. En mayo de 2018 y con la presencia de la actriz Aitana Sánchez-Gijón, la Asociación Veritas, formada por la treintena de mujeres que denunciaron a Criado, presentó en Sevilla una iniciativa para reclamar un cambio en el Código Penal que evitara que los delitos sexuales prescriban a los cinco años.

Fue precisamente ese breve plazo de prescripción lo que impidió el procesamiento del médico y cofrade sevillano. “Este tipo de delitos no deben prescribir, como sucede con los de terrorismo o genocidio, porque afectan a los derechos humanos de las personas", sostienen las víctimas.

Uno de los puntos de inflexión del caso tenía lugar a principios de septiembre de 2015, con la renuncia de Criado a su cargo de hermano mayor de la Hermandad de Pasión. Aun así, la cofradía sevillana no había llegado hasta ese momento a pronunciarse públicamente sobre la denuncia de las mujeres, y ello a pesar de que el caso perjudicó gravemente el buen nombre de la hermandad. El propio Arzobispado de Sevilla se mostró en un principio poco receptivo con la petición de las víctimas de que la Iglesia tomara partido frente al hermano mayor de Pasión. Las mujeres también llegaron a trasladar sus denuncias al Vaticano.

El que fuera marido de la denunciante también ha declarado hoy para decir que, tras la primera sesión en la que él estuvo presente, su mujer le contaba que el psiquiatra le insistía en los restantes encuentros en que su situación derivaba de "un problema sexual". Finalmente, decidió apartar a su entonces mujer de la consulta, sobre todo después de que un proveedor con el que trabajaba le avisase de que una persona de su familia había sufrido un "intento de abuso" por parte de Criado.

Criado se ha defendido atribuyendo a su acusadora una tendencia a "magnificarlo todo", a la "teatralidad". También la ha definido como "una simuladora" y ha enfatizado que "hablar de forma clara no significa hablar de manera soez; si algún médico habla en ese tono, le garantizo que su consulta no dura más de 48 horas"