En los últimos mapas de incidencia del coronavirus Andalucía es, junto con Asturias, la única comunidad de la Península cuya tasa de contagio es inferior a los 200 casos por cada 100.000 habitantes. Con más de 400 figuran Extremadura, Madrid, Cataluña y Baleares.

Andalucía sumó este jueves 2.687 casos de coronavirus Covid-19, la cifra más alta desde el 26 de noviembre, algo superior a los 2.391 del miércoles y notablemente más elevada que los 1.714 casos detectados hace siete días. La comunidad ha aumentado su tasa de incidencia por cada 100.000 habitantes en los últimos 14 días hasta 192, 51,4 puntos más que el jueves pasado.

Alcaldes desesperados

Los datos autonómicos no territorializados pueden resultar, sin embargo, engañosos. En Andalucía lo saben bien muchos alcaldes, singularmente varios de la comarca del Campo de Gibraltar, donde la cercanía de la colonia británica ha favorecido los contagios.

El regidor de La Línea de la Concepción, Juan Franco, ha pedido a sus vecinos "un confinamiento voluntario" y que no se reanude el curso escolar el próximo lunes. Y el de Los Barrios, Miguel Alconchel, proponía que se retrase el inicio de la vuelta al colegio "hasta que mejore la situación de contagios y se reduzca la tasa de infectados por habitante".

No son los únicos regidores preocupados. En la provincia de Granada, alcaldes de una decena de pueblos han optado por el autoconfiamiento, proponen postergar el inicio del curso y piden ayuda urgente a las autoridades sanitarias de la Junta para que hagan cribados masivos.

El caso más grave es el de Montillana, en la comarca de los Montes Orientales: con una población de 1.189 habitantes, presenta una tasa en los últimos 14 días de 2.859,5 casos por cada 100.000 habitantes.

Otro caso: en la provincia de Jaén, el Ayuntamiento de Torredelcampo ha decidido cerrar las instalaciones deportivas municipales y suspender el mercadillo ante la elevada tasa de incidencia acumulada, al tiempo que pedía a la Junta de Andalucía "que no le tiemble la mano" si tiene que adoptar "medidas específicas" para el municipio para frenar los contagios.

El consejero de Salud, Jesús Aguirre, ya recordó ayer que la Junta decidió días atrás “el aislamiento perimetral de toda la parte del Campo de Gibraltar este y oeste para intentar ralentizar o frenar la expansión de la cepa británica al resto de la comunidad”. La Roca había acumulado una incidencia de más de 2.000 casos por cada 100.000 habitantes, preferentemente de cepa británica.

La obsesión de la economía

En general, la gestión sanitaria de la segunda ola no ha sido satisfactoria prácticamente en ninguna comunidad autónoma. En la misma línea que el Gobierno central cuando en junio levantó el duro confinamiento del primer estado de alarma, la obsesión de los gobiernos autonómicos por no dañar más la economía con nuevas restricciones ha favorecido el incremento de los contagios en unas fechas en las que los contactos familiares y las celebraciones en bares y restaurantes se multiplicaban.

La célebre frase del asesor electoral de Bill Clinton “¡es la economía, estúpido!” parece haber estado en la mente de los gobernantes de modo mucho más omnipresente que esta otra que sin duda habrán tenido en la cabeza los expertos en salud pública: “¡Es la epidemiología, estúpido!”.

Jesús Aguirre avanzaba ayer que, tras la reunión prevista para esta mañana del Comité Asesor de Alertas de Salud Pública de Alto Impacto, "posiblemente" el Gobierno andaluz acordará este viernes "endurecer" las restricciones que rigen actualmente en la comunidad.

Expertos y observadores dan por hecho que el “posiblemente” de Aguirre debe entenderse como “seguramente”. De hecho, no es fácil de entender por qué el Gobierno de Moreno ha esperado hasta este viernes para proponer medidas más duras.

Sin cambios desde el 10 de diciembre

Lo acordado por la Junta fue, en efecto, que las medidas adoptadas en vísperas de Navidad se prolongarían hasta después de las fiestas, pero el aumento sostenido de los contagios a lo largo de esta semana tal vez aconsejaba no haber apurado unos plazos que nada obligaba a mantener a toda costa.

El último paquete de restricciones fue aprobado por la Junta el pasado 10 de diciembre, aunque unos días después el presidente Moreno aseguraba su disposición a “endurecerlas” si los contagios “iban a peor”. Aun así –otra vez la economía–, también puntualizaba: "Vamos a intentar no endurecerlas, pero esto va a depender de la evolución que tengamos".

Salvo en el caso específico de varios pueblos del Campo de Gibraltar, el Gobierno andaluz no ha endurecido significativamente las medidas del 10 de diciembre.

El presidente Moreno avanzaba ayer en Twitter que “la decisión que vamos a tomar [el viernes] estará avalada por Salud Pública y los expertos” y el consejero de Salud recalcaba que "posiblemente, si los equipos técnicos así lo proponen, tanto de Salud Pública y Epidemiología como los expertos, se endurezcan las medidas".

Ciencia, política y educación

Como los demás gobiernos, el de Andalucía se remite una y otra vez a los expertos, pero resulta difícil de creer que la decisión de no haber endurecido todavía las medidas haya sido aconsejada por los expertos.

Más bien se diría es una decisión política: y no necesariamente en el mal sentido de la palabra, es decir, una decisión dictada por el tacticismo o el interés partidista, sino política en el sentido de que su propósito era que la castigada economía andaluza sufra lo menos posible.

En el caso concreto de la vuelta al colegio de los niños andaluces tras las vacaciones de Navidad, Jesús Aguirre piensa que "puede ser exactamente igual" que en el último trimestre de 2020, cuando "fue casi de normalidad absoluta”.

El escaso índice de contagios en los centros escolares da la razón al Gobierno andaluz y al consejero Javier Imbroda frente a los partidos de la oposición y los sindicatos de la enseñanza, que antes del inicio del curso escolar en septiembre pasado alertaban de que las medidas de la Junta eran insuficientes y que ello dispararía los contagios. No ha sido así.

Los sindicatos y los partidos se muestran ahora más prudentes en su exigencia de endurecer las medidas ante la reanudación del curso. Solo el sindicato de USTEA, próximo a Adelante Andalucía, insiste en el discurso de septiembre: "Mientras las previsiones apuntan a que la tercera ola puede superar a la segunda –alertó ayer en un comunicado–, el Gobierno andaluz no ha tomado ninguna medida excepcional para la vuelta a centros educativos después de Navidad, que ya se ha producido en numerosos municipios de nuestra comunidad".