No sería la primera vez que el portavoz de la Junta y consejero de Presidencia, Elías Bendodo, desfigura la realidad para acomodarla a su estrategia política. Ningún portavoz gubernamental suele decir nunca toda la verdad, pero casi todos procuran que todo lo que dicen sea verdad.

No siempre es éste el caso de Bendodo, cuyo apretado historial de afirmaciones inciertas tenía ayer continuidad ayer al denunciar que el Gobierno de España estaba escamoteando a Andalucía vacunas contra la Covid-19. 

El delegado del Gobierno de España en Andalucía, Pedro Fernández, recién estrenado en el cargo, salía al paso de la acusación del portavoz de que el Ejecutivo nacional le está “quitando 150.000 vacunas de Pzifer al mes a Andalucía”.

Las cuentas del portavoz

Fundaba el locuaz portavoz su denuncia en el hecho de que el porcentaje de vacunas enviadas a la comunidad es menor que su porcentaje de poblaciónm que es del 17,91 por ciento. 

De Pzifer, explicó, ha llegado a esta comunidad el 16,9 por ciento del total recibidas por España (53.056 menos de las que le corresponderían por población); de Moderna, el 16,09 por ciento (7.852 menos) y de AstraZeneca, un 17,5 por ciento (5.874 menos). En total, 76.550 vacunas menos para Andalucía por no seguirse el criterio de población desde el Gobierno central.

La réplica de Pedro Fernández llegaba unas horas después en un audio remitido a los medios: “El reparto de vacunas no es por criterio de población, sino por los grupos establecidos en la estrategia de vacunación, algo que Bendodo sabe desde el minuto uno, por lo que miente a sabiendas. Le pido a la Junta deje de engañar a los andaluces y las andaluzas en un tema tan serio como la vacunación y se ponga manos a la obra, que vacune a la población, que tiene 'stock' suficiente para hacerlo".

De hecho, el propio Gobierno autonómico que preside Juan Manuel Moreno distribuye provincialmente las vacunas no atendiendo al criterio de población que reclama al Gobierno central, sino siguiendo el criterio acordado en el Consejo Interterritorial de Salud, es decir, escalonando las dosis disponibles en función de los distintos grupos de población preestablecidos por los expertos.

Una estrategia consensuada

Tal como recoge el documento específico sobre la Estrategia de vacunación frente a COVID-19 en España, de fecha 21 de enero pasado, "es necesario realizar un ejercicio de priorización teniendo en cuenta principios éticos y criterios de riesgo".

En función de la disponibilidad de dosis de vacunas la Estrategia, acordada en el Consejo Interterritorial de Salud que integran el Gobierno de Españas y las autonomías, establecía distintas etapas "priorizado los siguientes grupos de población:

1. Residentes y personal sanitario y sociosanitario que trabaja en residencias de personas mayores y de atención a grandes dependientes. 

2. Personal de primera línea en el ámbito sanitario y sociosanitario. 

3. Otro personal sanitario y sociosanitario

4. Personas consideradas como grandes dependientes (grado III de dependencia, es decir, con necesidad de intensas medidas de apoyo) que no estén actualmente institucionalizadas".

Las primeras dosis disponibles, señalaba el documento, "se han comenzado a utilizar en los grupos 1 y 2, por ese orden, y a medida que se disponga de mayor cantidad de dosis, se vacunarán los grupos 3 y 4".

Ese ha sido el criterio seguido por el Ministerio de Sanidad para efectuar el reparto territorial de vacunas y que explicaría por qué, según el consejero, a mediados de marzo Asturias había recibido 154 dosis de vacunas de Pfizer y de Moderna por cada 1.000 habitantes, mientras que en Andalucía fueron solo 105 dosis por cada 1.000 habitantes.

Los antecedentes

Sin contar el de ayer, el episodio más reciente de las libertades que Bendodo suele tomarse con la realidad data de tres meses atrás, cuando denunció el “ataque” al jamón por parte de “los comunistas”, aludiendo al ministro de Consumo, Alberto Garzón.

“Ahora vienen estos señores comunistas y nos dicen que hasta el jamón y el aceite son perjudiciales”, dijo en rueda de prensa en referencia a los planes del Ministerio de Consumo de implantar en España el semáforo nutricional europeo Nutriscore, un sistema de identificación visual que resume en una etiqueta determinados componentes nutricionales para que el consumidor, cuando va a un supermercado, pueda ver de una forma sencilla y accesible qué producto es más saludable y cuál menos. 

En octubre de 2019 el portavoz también acusó a los gobiernos socialistas, aunque sin aportar pruebas que respaldaran su denuncia, de haber permitido la "desaparición de 1,8 millones de vacunas" contra la gripe durante los últimos diez años. Dichas dosis habrían sido distribuidas pero no administradas ni devueltas al Servicio Andaluz de Salud, según Bendodo.

Dos meses después, en diciembre de ese mismo año, relató en rueda de prensa que un funcionario de la agencia gubernamental IDEA había descubierto “tres cajas fuertes ocultas” en los sótanos de la entidad en las que los Gobiernos socialistas habrían “escondido” documentación comprometedora sobre ayudas concedidas en la década de los 90 a la empresa jiennense Cárnicas Molina.

Una información de Canal Sur Televisión –antes del viraje político impuesto a la cadena en enero de 2020– mostraba las imágenes de las supuestas cajas fuertes: en realidad se trataba de armarios archivadores bastante convencionales.

En aquella ocasión, los medios afines al Gobierno de PP y Ciudadanos pasaron ciertos apuros para salvarle la cara al consejero Bendodo, cuyo relato le pareció fantasioso incluso a Vox, su socio parlamentario. El portavoz ultra Alejandro Hernández lo calificó con un deje despectivo de “película”.