Lo ha dicho la secretaria general del PSOE de Madrid hoy en el programa de televisión Las mañanas de Cuatro: el sector oficialista afín a Pedro Sánchez intentará que en el Comité Federal de este sábado se someta a votación si el partido cambia su actual ‘no’ por una abstención en la próxima sesión de investidura de Mariano Rajoy como presidente del Gobierno. 

La información desvelada por Sara Hernández, la persona de confianza en Madrid del líder Pedro Sánchez, era ratificada momentos después por el periodista Ernesto Ekáizer, que participaba como tertuliano y que aseguraba que Josep Borrell le había mandado un mensaje avanzándole que también él plantearía ese asunto en el crucial cónclave de mañana.

Precisamente uno de los nudos gordianos del enredo socialista es la posición del partido sobre la investidura de Rajoy. Parte del sector crítico, comandado extraoficialmente por la andaluza Susana Díaz, opina que el partido debería abstenerse porque de lo contrario habría que celebrar terceras elecciones y en ellas, atendiendo al resultado del 26 de junio y a la profunda crisis socialista, el PP mejoraría significativamente sus resultados y el PSOE se hundiría. Esta posición no ha sido, sin embargo, explicitada públicamente por el temor a suscitar las antipatías de la militancia, que todos coinciden en considerar mayoritariamente contraria a permitir un Gobierno de Mariano Rajoy.

Los críticos querrían, en cambio, posponer la decisión de la investidura a un futuro Comité Federal y centrar el de mañana sábado en el nombramiento de una comisión gestora que se haga cargo del partido tras haber quedado vacantes más de la mitad más uno de los 38 miembros de la Ejecutiva Federal. ¿Qué se votará finalmente mañana? Este viernes a última hora de la tarde seguía desconociéndose cuál sería el orden del día. Los oficialistas quieren que los críticos que retraten en un asunto especialmente espinoso.

El sector afín a Díaz querría que fuera esa gestora quien se responsabilizara de pedir en un futuro Comité Federal el cambio de posición del partido sobre la investidura, lo cual permitiría a los críticos eludir el que sin duda parece el cáliz más amargo de esta confusa ceremonia: defender públicamente que el PSOE se abstenga para facilitar un gobierno del PP. Al plantearlo la gestora, sostienen fuentes cercanas a los protagonistas de esta crisis, Díaz y los suyos tendrían mayor margen de maniobra para mostrarse inicialmente remolones aunque luego se pronunciaran finalmente a favor de la temida abstención.