Este año, el hervor mediático estival alcanza una cuota francamente superior a lo acostumbrado debido sin duda a las peculiaridades del discurso político derivadas del reciente Congreso Nacional del Partido Popular y del vuelco gubernamental  que lo precedió. Además, se une a ello el hecho insólito de haber cambiado el partido gobernante y las circunstancias en que se desarolló y concluyó la moción de censura contra Rajoy quien, por otra parte, ha tardado un mes escaso en tomar posesión de su plaza de registrador en Santa Pola y de trasladarse ipso facto a Madrid, a un tiro de piedra de su anterior despecho, digo despacho, en la capital del Reino.

Allí las cosas andan tan revueltas como interesantes y muy especialmente tras el citado Congreso Nacional y la entronización de Pablo Casado y su flamante neo-jauría, de la que tanto se espera en punto al desarrollo de un nuevo (y viejo) tipo de oposición. Sin que a ello afecte el papel de los compañeros de la izquierda y a los nacionalistas que ya hicieron bastante con aupar a Pedro Sánchez al principio de los actuales eventos, para que se espere de ellos algo más que una oposicion de agonía colateral a la que de ahora en adelante reducirán su papel: ya han empezado por anunciar este viernes pasado su abstención. Me refiero a Podemos y ERC, ante la propuesta de ampliación del techo de gasto con la que el Gobierno trataba de tomar el mínimo oxígeno exigible para desarrollar las normas que regularan el desarrollo de su tarea, sobre todo 500 millones para Andalucía. Claro que quién iba a esperar otra cosa conociendo el percal y la situación. Es como lo de Juana Rivas: quién iba a esperar otra sentencia que esa, manifiestamente arbitraria y exagerada con la que el tribunal italiano de famiia ha obsequiado su ingenuidad procediendo a sustraer a sus dos hijos de un padre manifiestamente maltratador y compliendo así con la máxima de que los olmos no dan peras por mucho que se espere lo contrario. A eso me refería la otra semana cuando señalé el mal asesoramiento que parece haber padecido una Madre Coraje masracenera, tan cargada de razones pero sin la Razón Jurídica necesaria en el sentido corto y estricto  del término. 

Menos mal que Rosa María Mateo ha pasado por fin ese listón jurídico político de infarto y ha sido elegida a la postre como administradora única de RTVE, cosa que debe empezar a repercutir inmediatamenmte en nuestras sufridas perceptibilidades y entendederas que ya de por sí andan tan castigadas y calenturientas. 

Y por lo que sabemos de Granada y Andalucía, no de otra forma parecen andar las cosas dependiendo como depende de terceros la estabilidad mínima necesaria para gobernar y habiendo como hay un acento andaluz más bien escaso en la nueva cúpula dirigente del Partido Popular. Lo único mínimamente positivo de la coyuntura actual es que la situación de hegemonía escasa y agonía generalizada coincide casi igalmente en todos los niveles de modo que dura poco la alegría en la casa del pobre pero mucho menos dura, porque no la hay, en la del rico, además del hecho de que el pobre no está acostumbrado a disfrutarla y esta poca le perece mucha mientras que al rico le ocurre todo lo contrario. Solo cabe entender estos asuntos en su sentido relativo y alegrarse con el pobre pensando en qué bueno lo que tenemos y sobre todo en mira qué bien que los ricos se jeringan.  

Pues eso, qué bien con esto poco bueno y nuevo que ahora tenemos y qué bien también con eso poco y regular que ellos tienen ahora por fin. Anda y que por fin ahora se jeringuen aunque dure tan poco el pan en la casa del pobre y el ecilpse de luna y Júpiter, también rojo, tenga una sola vigencia en todo este siglo XXI, el siglo y el milenio que en su día avanzamos que acabaría lamándose el siglo (y el milenio) de las Mujeres.