Andalucía sigue siendo clara e inequívocamente de izquierdas, lo cual se traduce en el gobierno de importantes ayuntamientos como los de Sevilla, Cádiz, Huelva, Córdoba o Granada, pero no así el Parlamento de Andalucía, donde el PSOE gobierna con Ciudadanos y mantiene pésimas relaciones con Podemos e Izquierda Unida. La feroz lucha por la hegemonía, que Podemos le disputa al PSOE, es uno de los factores de una división por lo demás endémica en la izquierda andaluza.

Según la última oleada de la encuesta Egopa, que ha realizado la Universidad de Granada con 3.200 entrevistas, si hoy hubiera elecciones autonómicas los tres partidos de izquierdas sumarían el 51,6 por ciento de los votos de los andaluces (28,6 del PSOE, 17 de Podemos y 5,7 de IU), mientras que el PP (26,2) y Ciudadanos (12,1) se quedarían en un 38,3 por ciento.

Seis puntos evaporados

Lo significativo, al menos como síntoma, es que mientras la derecha logra mantener exactamente el mismo porcentaje de apoyo con respecto a la encuesta de Egopa de hace justo un año (38,3 por ciento: 25,3 del PP más 13 de C’s), el respaldo a la izquierda retrocede globalmente en casi seis puntos al pasar del 57,3 por ciento de hace un año al 51,6 actual. Los tres partidos pierden, pero no desde luego en la misma medida: en un año los socialistas se han dejado en el camino 3,5 puntos, Izquierda Unida ha perdido 2,3 y Podemos prácticamente se mantiene ya que su merma ha sido de solo dos décimas.

Esos seis puntos perdidos en un año por la izquierda pero no captados por la derecha parecen haberse evaporado. ¿Dónde están? Donde suelen en estos casos: en la abstención. Las pérdidas que registran el PSOE e IU no han ido a Podemos, que tiene muchas dificultades para rebañar nuevos apoyos dentro del marco electoral autonómico, pues en elecciones generales se defiende mejor: el 20 de diciembre de 2015 rozó el 17 por ciento, dos puntos más que en las autonómicas de marzo de ese mismo año.

Con la que está cayendo…

Si hubiera que definir con una palabra las sensaciones que ha dejado la encuesta en los cuatro partidos andaluces, el resumen podría ser este: alivio en el PSOE, que pese a la que está cayendo –procesamiento de Chaves y Griñán, paro galopante, entrada en escena de Podemos…– logra conservar la primera posición; optimismo en el PP, que pese a la que está cayendo –casos de corrupción Púnica o Bárcenas, desigualdad, irrupción de Ciudadanos…– avanza con respecto a 2016 y logra que el PSOE sienta su aliento en la nuca; tranquilidad en Podemos, que ciertamente no avanza pero apenas retrocede aun no habiendo sido internamente 2016 un año fácil para ellos; inquietud en Ciudadanos, que no consigue rentabilizar su acuerdo de gobernabilidad con el PSOE, sino más bien todo lo contrario ya que ha perdido 9 décimas que son exactamente las que gana el PP; y decepción en IULV-CA, que en la encuesta de 2016 sumaba un 8 por ciento de los votos y ahora solo tiene un 5,7, un buen bocado proporcionalmente hablando.

Interinidad en IU y PSOE

Precisamente, y aunque por distintos motivos, el PSOE e Izquierda Unida son las dos fuerzas con más motivos para estar preocupadas. La formación que lidera Antonio Maíllo está en una situación de interinidad que desconcierta a muchos de sus votantes. ¿Seguirá existiendo como tal? ¿Se fusionará con Podemos? ¿La unión será solo electoral o también organizativa? ¿Conservará IU su identidad y perfil ideológico o será una parte más de Podemos? ¿Logrará sumar al proyecto de Unidos Podemos los votos que se quedaron en casa el 26J? Todas esas preguntas sin contestar están pasando factura a la federación de izquierdas.

Los motivos de preocupación también existen en el PSOE, aunque es un partido bien entrenado en disimularlos: el PP se le aproxima peligrosamente, el gran activo que es la presidenta Susana Díaz pierde simpatías, muchos ciudadanos perciben grietas en la joya de la corona de la sanidad pública, la crisis del partido está sin resolver, la sucesión en Andalucía es una incógnita que imprime una cierta interinidad al propio Gobierno autonómico, el paro va bajando pero no lo suficiente…

Siete puntos menos que en 2015

En la sede socialista de la calle San Vicente prefieren, sin embargo, ver la botella medio llena: enfatizan el mérito de seguir siendo los primeros en las preferencias de los andaluces pese a todos esos factores adversos y pasan por alto que en las elecciones autonómicas de 2015 sumaron un 35,4 por ciento los votos que hoy se queda en un preocupante 28,6, casi siete puntos menos.

Y es que en política el que no se consuela es porque no quiere: hasta el líder de IU Antonio Maíllo opina que los resultados del Egopa son esperanzadores para construir “una alternativa desde la izquierda”.