Las primarias los separaron, la llegada del PSOE a la Moncloa los acercó, la salida del PSOE de San Telmo volvió a distanciarlos y la doble convocatoria de elecciones generales y municipales, con apenas un mes de diferencia, los ha reunido de nuevo.

Mano a mano, más allá de diferencias personales y políticas y tras haber compartido un café en una dependencia del hotel donde se celebraba el acto, Pedro Sánchez y Susana Díaz han estado juntos este sábado en Sevilla, en el mitin de presentación del alcalde Juan Espadas como candidato para renovar el cargo el próximo 26 de mayo.

Pero, para renovar ese y otros muchos miles de cargos, ambos son conscientes de que es imprescindible que el PSOE logre un buen resultado en las generales de un mes antes, ese 28 de abril cuya convocatoria anunció ayer el presidente Sánchez con gesto algo mohíno.

Cierra Pedro

El protagonista nominal del acto de hoy en la capital andaluza era Juan Espadas, que defendió con energía y convicción sus logros durante los cuatro años de mandato, pero el protagonista real e indiscutible era el presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, y así quedó escenificado en el orden de las intervenciones: la secretaria general del PSOE de Sevilla Verónica Pérez primero, Susana Díaz después, Juan Espadas el tercero y, cerrando el mitin, Pedro Sánchez.

En el pasado, y no precisamente remoto, negociar el protocolo de intervenciones –un hecho en el fondo bastante trivial– era casi un infierno.

Todos a una

El líder socialista comenzó así su intervención: “Gracias, Susana; compañeros: quiero que sepa todo el mundo que estamos juntos y estamos unidos”.

Y en términos parecidos arrancaba Díaz su alocución ante los 1.500 militantes congregados en el hotel Renacimiento: “Tenemos un reto, compañeros: el día 28 hay que darle una mayoría sólida a Pedro para que no dependa de nadie y haga en España lo que no le han dejado hacer en esta legislatura”.

Dos anuncios sociales

Más allá de la defensa de su corto mandato y de los reproches reiterados a la derecha y a quienes han puesto “su interés partidario por encima de los intereses de la gente”, el presidente anunció entre aplausos estas dos medidas fuertemente sociales en un discurso, a su vez, de muy marcado perfil social:

“Soy testarudo y se lo he dicho a la ministra de Hacienda: aunque estén los Presupuestos prorrogados, vamos a aprobar el subsidio a parados de larga duración mayores de 52 años y vamos a recuperar la cotización de las cuidadoras de los dependientes antes de que se celebren las elecciones”.

El PP de Casado

El presidente se mostró duro sobre todo con el PP de Pablo Casado, al que acusó de buscar la involución del país: “Antes por lo menos, el PP llegaba tarde al aborto o al matrimonio homosexual, pero al final los aceptaban, pero ahora es que no quieren ni llegar, solo ir hacia atrás”.

Con gesto más animado que en su apagada comparecencia de 24 horas antes en la Moncloa para anunciar el fin de la legislatura, Sánchez recriminó a sus adversarios que pretendan “poner al PSOE un cordón sanitario que se lo van a quitar con su voto los españoles dándonos una mayoría rotunda".

Tomar nota del 2-D

Susana Díaz, por su parte, resumió así el escenario andaluz tras el 2 de diciembre: “Tres derechas, dos gobiernos y un guirigay”.

La expresidenta volvió a repetir el mensaje del día anterior en declaraciones a los medios: “Que toda España tome nota de lo sucedido en Andalucía el 2-D”. Por eso, los socialistas deben acudir a esta doble cita electoral “con mucha ilusión y con mucha unidad, tomemos nota”.

Fuerza y ganas

Díaz reprochó al actual Gobierno andaluz “sus mentiras” y “su recuperación del franquismo económico”, en alusión a las palabras del consejero de Economía Rogelio Velasco aconsejando a los parados que vayan a la Costa del Sol a buscar empleo: “Quieren que cojamos otra vez las maletas y abandonemos nuestros pueblos”.

No olvidó, en todo caso, Susana Díaz subrayar que no se plantea ni mucho menos su retirada: “Cuando me preguntan por la calle que cómo estoy siempre contesto: hombre, gobernando estoy mejor, pero cada día con más fuerza y con más ganas”. Un mensaje que ninguno de los experimentados navegantes presentes en la sala echó, seguro, en saco roto.