La mayoría de la gente tiene claro que la derecha española es muy peculiar, yo diría que bastante particular. Tanto es así que su evolución en los últimos setenta y cinco años, es prácticamente nula. Por ello a nadie extraña sus comportamientos, sus acciones y sus omisiones ya que su táctica y sus procedimientos, aunque con alguna sofisticación, siguen siendo los mismos.

El problema vendría cuando desde la otra orilla política pudiera pensarse que la derecha iba a ser tan responsable como para dar una tregua a sus “aspiraciones” y cogerse de la mano del gobierno en aras de sacar al país de la grave situación de paro por la que atravesamos. Creer en eso sería como esperar un milagro que nunca se iba a producir,  por que en el PP creen que el verdadero milagro se lo han encontrado ellos, un milagro llamado crisis. De hecho ese es el nombre de cada uno de los/as candidatos/as populares en los municipios y Comunidades Autónomas donde se celebrarán elecciones el 22 de mayo.

Dicho esto, a nadie se le escapa que el binomio “derecha-poder” es algo que se repite a lo largo de la historia. Es algo propio de su ADN pues tienen un gen dominante, llamado  “poder”, que les lleva a sentirse seres preponderantes en lo político, en lo social y ya no digamos en lo económico. Por eso su biología les impide reconocer que puedan ser gobernados por otros y actúan con absoluta maldad, perversidad e inquina para poder conseguirlo como sea. Ellos no pueden permitir bajo ningún concepto que los “rojos” se dediquen a redistribuir los bienes de este país. De hecho en época de Aznar las bajadas de impuestos beneficiaron exclusivamente a los ricos. Los que más tenían aumentaron su riqueza propiciando que la distancia con los menos pudientes se acrecentara.

Y en esa estrategia de atrapar el “mando” a toda costa, primero utilizan el desprestigio del gobierno, precisamente legitimado por más votos que los que ellos obtuvieron y, tras un subidón del “gen”, proclaman que sólo ellos son capaces de sacar al país de la situación de paro en la que está inmerso, que los demás son tontos y no valen. Claro que previamente se les olvida mencionar cómo Cristóbal Montoro, en su época de ministro, incitaba  a las familias a endeudarse en la compra de un piso porque ese era el mejor plan de inversión a largo plazo. Y  consecuencia de ello también se les olvida mencionar que el gran desfase en el paro lo ha originado precisamente el sector de la construcción, pero claro ellos nada han tenido que ver en todo esto.

Es tanta la subida de “poderina” de la derecha que ni se ruborizan cuando afirman que en este país nada funciona y que ellos serán los salvadores de la patria ¡claro como siempre! Pero sin embargo cuando se mira hacia donde ellos gobiernan observamos cómo la sanidad está peor y con visos de ser privatizada, en educación restringen derechos como la gratuidad de los libros o recortan la becas, o cómo no aplican la Ley de Dependencia a las personas mayores, etc.

Para el PP en España nada funciona y arremeten contra los jueces, los fiscales y la policía, imagino que motivados por ese ansia de poder y por creerse que el poder es absoluto y suyo. Últimamente embisten incluso contra la televisión pública española y la andaluza  porque entienden que la única expresión ha de ser la que ellos controlan como teleCamps, teleOña… Es mas, estoy convencido que Rajoy garantizaría la libertad de expresión en nuestro país intentando poner de director de todas las televisiones a Urdaci.

La derecha dice que todo está malo pero luego se lo comen todo… Recuerdo cuando decían que los planes anticrisis solo servirían para hacer aceras, hoy sin embargo sus alcaldes venden políticamente todas las obras que han realizado con el Plan Zapatero y el Proteja de la Junta de Andalucía.

Ahora la derecha se deshace en compromisos y galimatías… ¡van a hacer más y mejor con menos dinero, pues bajarán los impuestos, pero a su vez serán austeros! Lecciones de ingeniería financiera que primero debieran de explicarnos a todos los mortales para saber como se hace eso.

Pero el PP es consciente de que sus planteamientos electorales no dejan de ser  una entelequia que ni pueden, ni quieren cumplir. Y si llegaran a gobernar, estoy convencido que esta derecha española, tan previsible como su comportamiento histórico, culparía a Zapatero y al PSOE para de esta manera evitar aplicar una  redistribución de la riqueza y no fortalecer  los pilares de bienestar social.

Y aunque Rajoy y Arenas pretendan evitar ese debate, eso es precisamente lo que los ciudadanos se juegan en cada proceso electoral, la aplicación de un modelo económico y social u otro. Siempre se podrá elegir entre el del embudo de la derecha, el ancho para los pudientes y el estrecho para los demás, o el redistributivo de la izquierda para equiparar a la sociedad. O se puede optar por la otra estrategia puesta en marcha por el PP que es quedarse en casa y que otros decidan.