El vídeo lo grabó el propio infractor, se hizo viral, la grabación permitió a la Guardia Civil identificar al protagonista de la 'película' y a su vez dio pie a la empresa en la que trabajaba para despedirlo de manera fulminante. La multa a la que se enfrenta puede llegar hasta los 100.000 euros, según recoge la prensa local de Almería. 

La hazaña que este ‘cráneo privilegiado’ grabó para la posteridad consistía en arrojar un frigorífico en desuso por la ladera de un monte público en una zona en la que no está permitido hacerlo. Tras visionar el vídeo, la Guardia Civil levantó acta de infracción a la empresa de gestión de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos de Olula del Río (Almería) para la que trabajaba el principal actor de la chusca historia.

Si no fuera por el drama que puede acarrearle al infractor y a su empresa, podría decirse que la situación recuerda el latiguillo repetido por cierto insensato personaje del humorista José Mota: "No digo que me lo mejores, solo iguálamelo".

Los agentes intentan ahora esclarecer si se trata de una acción aislada o de una práctica habitual de la empresa a lo largo de los últimos años, en cuyo caso se enfrentaría a una acusación por delito medioambiental al incumplir la Ley de Residuos.

Según ha informado la Guardia Civil, sus pesquisas llevaron a los agentes a constatar que la empresa almacenaba medio centenar de lavadoras y una veintena de frigoríficos en desuso en el patio lleno de vegetación de un almacén cuyos propietarios no habrían podido justificar documentalmente que durante los últimos diez años hayan entregado sus residuos a un gestor autorizado, como es preceptivo.