¿Es correcto decir que en el Comité Federal del 1 de octubre no puede no pasar nada? "Es correcto". Era la respuesta de un importante dirigente del PSOE andaluz interpelado por este periódico sobre la crisis interna del partido. ¿Y qué pasará en esa reunión? "Quién sabe", contestaba con cautela. La impresión del cronista no es que su interlocutor no quisiera revelarle los planes andaluces, sino que, sencillamente, no lo los conoce.

La conversación tenía lugar en la soleada mañana de ayer en el patio del Parlamento de Andalucía, minutos después de haberse vivido en la Cámara una de sus jornadas más broncas: primero, trabajadoras despedidas del servicio de urgencias 061 reventaban con gritos de protesta la sesión plenaria entre aplausos de los parlamentarios de Podemos e Izquierda Unida, y poco más tarde los diputados del PP abandonaban la Cámara minutos –no inmediatamente– después de que la presidenta Susana Díaz dijera en su réplica durante la sesión de control que el líder popular, Juan Manuel Moreno, carecía de "educación, honestidad, honradez y vergüenza".

Aunque la sesión parlamentaria había sido excepcionalmente movida, los intereses de los periodistas iban más bien en otra dirección. En realidad, en la misma dirección en que vienen yendo desde hace meses: todos querían sabe qué va a pasar en el Partido Socialista, si Susana Díaz le va a plantar cara a Pedro Sánchez, si se postulará como candidata a sustituirle, si habrá batalla campal en el Comité Federal del día 1, si es partidaria de que el PSOE deje gobernar al PP, si habrá movimientos orgánicos significativos inmediatamente después de las elecciones vascas y gallegas del domingo... Demasiadas preguntas y ni una sola respuesta.

'Podemos nos quiere engañar'

Un buen número de dirigentes y parlamentarios socialistas, así como varios miembros del Gobierno de Susana Díaz consultados por este periódico no ocultaban su irritación con el secretario federal del partido. El intento de Pedro Sánchez de presidir un Gobierno con 85 diputados apoyándose primordialmente en Podemos no es compartido –ni comprendido- por la nomenclatura socialista andaluza. "¿Aún no se ha enterado de que Podemos quiere engañarnos otra vez para que nos metamos en la boca del lobo?", se preguntaba con gesto de impotencia un miembro de la Ejecutiva regional.

A los consultados no les gusta que Sánchez intente un Gobierno que ven imposible porque interpretan que se trata únicamente de una jugada de Pedro Sánchez para ganar tiempo y blindarse ante una eventual consulta a la militancia. Y tampoco les gusta el órdago del secretario general, filtrado ayer desde Ferraz, consistente en convocar primero una votación exprés de la militancia el próximo 23 de octubre para optar a la reelección como secretario general y, más tarde, del 2 al 4 de diciembre, un congreso federal que ratificaría el resultado de esa consulta. 

'Solo quiere salvar el culo'

"Lo único que quiere es salvar su culo", decía sin contemplaciones un miembro del Gobierno. Y añadía enfurecido: "¿Pero cuándo se ha visto plantear la celebración de un congreso en plena campaña electoral, si es que vamos a terceras elecciones, o una votación para elegir al secretario general unos días antes de saber si el país tendrá Gobierno?".

A medida que han ido transcurriendo las semanas desde las últimas elecciones, el tono de las conversaciones privadas de los dirigentes socialistas andaluces se ha ido haciendo cada vez más intransigente con Pedro Sánchez. Pero ayer se produjo un punto de inflexión: las noticias sobre los planes de Ferraz, de los que Susana Díaz y el PSOE andaluz se enteraron por los periódicos, colmaron la paciencia de la poderosa federación. La organización andaluza está enfurecida con Sánchez. ¿Pero lo están también los militantes? "También, la gente no entiende qué está pasando en el partido y tiene miedo de que nos acabemos yendo al carajo".

El tiempo y el carisma

Pero no todos piensan igual. Hay quien cree que la militancia andaluza no aceptaría de ningún modo que el PSOE permitiera con su abstención un Gobierno del PP, aunque lo cierto es que en la dirección regional, en la bancada socialista y en el propio Gobierno de la Junta hay bastantes personas que creen que esa habría sido la mejor opción para el PSOE. ¿Es viable hoy esa opción? Nadie está seguro de que lo sea, pero nadie ofrece tampoco una alternativa a ella. 

Mientras tanto, muchos empiezan a ser conscientes de que el tiempo orgánico y el tiempo político juegan peligrosamente en contra de Susana Díaz. Hace solo dos años nadie discutía en el partido que ella la persona idónea para dirigirlo, ilusionarlo y poner a punto su fatigada maquinaria. Hoy su carisma ya no es indiscutible. Enfrentarse a Sánchez tiene riesgos, pero empeñarse en no hacerlo también los tiene. ¿Y qué hará finalmente Susana? "Quién sabe". También aquí la impresión del cronista no es que su interlocutor no quiera revelarle los planes de la presidenta, sino que, sencillamente, no lo los conoce.