A esta hora (*) del día ya habrán salido muchos artículos en referencia a la vida de María Teresa León. Sobretodo hablarán de lo olvidada que fue en vida y después de su muerte, de lo que significó ponerse detrás de su marido Rafael Alberti, de aquello de los sombreros … unos clichés que año tras año se repiten cuando llega una efeméride relacionada con María Teresa León.

Desde el 2010 hemos editado cinco libros de María Teresa León y apenas ha tenido repercusión en los medios, los mismos que acogen hoy esos artículos lastimeros y melancólicos. Curiosamente también alguna institución hoy recordará que hace treinta años se nos fue María Teresa León. El recuerdo es un ejercicio sano para combatir la desmemoria, pero hay un olvido más fuerte que aún mata por dos veces a los autores: el mercado.

Como editor extraviado en la marginalidad y unido a la fuerza de la palabra, ya sea en presentaciones, homenajes, giras… quizás tenga el soplo lento del caballo cansado. Pero no creáis que vamos a desfallecer, ni mijita. Ver cómo el mercado puede absorber la fuerza y la integridad de María Teresa León nos ha hecho redoblar los esfuerzos. Así en este año que se cumple el XXX aniversario, que ya lo hemos anunciado en la pasada feria del libro de Sevilla, hemos sacado adelante una reedición de la biografía política de María Teresa escrita por Carmen Domingo, “María Teresa y sus amigos”. Se prepara la segunda edición del libro “Memoria contra el olvido”, de Jairo García Jaramillo, dedicado a las escritoras de la generación del 27. Y preparamos una gran edición de lujo de los “Cuentos Completos”, a cargo del profesor Hilario Jiménez, que estará para lucirlo en el abril republicano del año que viene.

Pero el olvido siempre acecha. En el hotel Sayalonga de La Habana hay una placa que recuerda la estancia de Rafael y María Teresa en aquel precioso hotel céntrico. En cambio, en el Museo del Prado no hay nada que refleje el trabajo épico de María Teresa León y otros, junto a milicianos descalzos, para salvar cuadros del Museo del Prado ante el bombardeo fascista.

Por curiosidad he entrado a la exposición del bicentenario del Museo del Prado; no es la exposición que me esperaba, pero, bueno, puede ser divulgativa y agradable para mucha gente. Y de nuevo el olvido. Cuando llega a la etapa denominada guerra civil se pasa de puntillas por el salvamento de los cuadros. Y en el catálogo de la exposición cuenta algo más, pero sin nombres, sin heroicidades porque los verdaderos héroes de la historia (es un cuento que siempre suena asi) son los reyes y los aristócratas que regalan cuadros al Museo… Esos sí ponen su nombre en las paredes. La gesta protagonizada por milicianos analfabetos es un pasaje de la guerra que debe ser conocido por todas las generaciones venideras. Sin ellos el Museo del Prado que conocemos hoy no sería posible.

Y ante el olvido más memoria, más palabra, más acción.

Por eso hoy nos hemos congregado ante la tumba de María Teresa León, para honrar la vida y la memoria de una mujer libre. Para su memoria va todo nuestro empeño, nuestro esfuerzo y nuestras utopías.

(*) Palabras pronunciadas por el autor en el homenaje a María Teresa León ante su tumba, en Majadahonda, el 13 de diciembre de 2018.