Los dueños de bares y restaurantes han salido a la calle en casi todas las ciudades para protestar por las limitaciones impuestas a sus negocios por la crisis sanitaria. No son los únicos, otros muchos establecimientos y empresarios autónomos han sufrido las consecuencias del estado de alarma, pero los hosteleros han sido los que más ruido han hecho. 

El pequeño comercio de proximidad también se ha unido para promover el consumo local en las tiendas de barrio, y casi todos los ayuntamientos han apoyado estas campañas para neutralizar la ola de cierres por el auge de las compras en línea. 

De los hoteles se ha hablado poco, pese a ser los más afectados por el parón pandémico, porque sus usuarios son la gente de fuera, los turistas, y no había opciones alternativas. 

Pero hay un sector cultural amplio: museos, monumentos, galerías de arte y salas de exposiciones, que ha pasado casi inadvertido en este año eterno del covid19. Muchos de estos establecimientos han cerrado temporalmente y los que han abierto registran cifras mínimas de visitantes porque el público local no se ha planteado compensar la ausencia de forasteros, como sí lo ha hecho y con bastante entusiasmo con bares y restaurantes.

También es verdad que ayuntamientos, gobiernos autonómicos y el Gobierno central han pasado por alto promover con campañas publicitarias y promocionales el conocimiento del patrimonio cultural por la población local. El mundo de la música, el cine y el teatro sí se ha movilizado para atraer de nuevo a las salas al público perdido y ha contado con el respaldo de las administraciones.

En el caso del patrimonio artístico y monumental y en el de los espacios dedicados a las artes plásticas hay que señalar que la mayoría de la población local no los ha visitado nunca, especialmente los que no son lugares emblemáticos y céntricos. La Encuesta de Hábitos y Prácticas Culturales en España 2018-2019, publicada por el Ministerio de Cultura y Deporte, revela que las tasas anuales de visitas a museos, exposiciones o galerías de arte se sitúan en el 46,7% de la población analizada. La visita a monumentos o yacimientos, alcanza en conjunto el 50,8% de la población investigada, un 49,3% monumentos y un 21,8%, yacimientos arqueológicos.

De las cifras seleccionadas se deduce que hay margen más que suficiente para mejorar el consumo cultural de la población local y que faltan campañas de estímulo dirigidas al conjunto de la población y a sectores concretos: juventud, personas mayores y personas más alejadas de los circuitos artísticos.