En un artículo anterior escribí sobre “Cuatro príncipes”, el último libro publicado en España, del gran historiador John Julius Cooper (2º Vizconde de Norwich). Pero investigando un poco sobre la biografía del autor, caí en la cuenta de que pertenecía a una familia increíble, de algunos de cuyos miembros ya tenía muy buenas referencias, los Cooper. Entre descendientes directos, y miembros de la familia por matrimonio, nos encontramos con un puñado de personalidades extraordinarias, básicamente políticos e historiadores. Pero todos escribían. Alguien debería  llevar a cabo una biografía de toda esa familia.

 Duff Cooper. Los Cooper descienden del rey Guillermo IV de Inglaterra – “uno de los menos distinguidos de nuestros monarcas” escribió John Julius – y de su amante Dorothea Jordan. Pero fue de “Duff” del que primero tuve noticias, leyendo las obras de Churchill y sus diversas biografías.

Nació el 22 de febrero de 1890. Hijo único del médico de moda de la sociedad de aquellos días: Sir Alfred Cooper, cirujanos especialista en problemas sexuales de las clases altas. Y de Lady Agnes Duff, hija de James Duff, 5º Conde de Fife.

Después de estudiar en Oxford, ingresó en el Foreign Office en octubre de 1913. El 2 de junio de 1919 se casó con Lady Diana Manners. En las elecciones generales de octubre de 1924, ingresó en la Cámara de los Comunes al conseguir el escaño de Oldham para los tories (conservadores). En mayo de 1937, el nuevo Primer Ministro Neville Chamberlain, lo nombró Primer Lord del Almirantazgo (Ministro de Marina).

El 6 de octubre de 1938, un día después del famoso Pacto de Munich, denunció el acuerdo y renunció al gabinete. Cuando Churchill fue elegido Premier (10 Mayo 1940) lo nombró Ministro de Información, y luego (julio de 1941) canciller del Ducado de Lancaster (equivalente a ministro sin cartera).

En diciembre de 1943 fue nombrado Representante Británico en el Comité Francés de Liberación Nacional (la Francia Libre, el movimiento que encabezaba De Gaulle). Y aquí podríamos decir, que fue donde comenzó a relevarse como un gran político. Su cometido incluía mantener una relación de trabajo entre Churchill y De Gaulle, dos hombres provistos de un gran ego, a quienes encontraba Duff igualmente difíciles. Paris fue liberado en agosto de 1944, y Cooper se mudó allí en septiembre. El 18 de noviembre de ese año, presentó formalmente sus credenciales  como embajador británico en Francia. Pronto demostró ser un embajador muy popular, con Lady Diana ayudando a hacer de su mandato un gran éxito social. Fue, en palabras del historiador británico PH. Bell, un “devoto francófilo”, que durante su tiempo como embajador en París, a menudo probó la paciencia del Foreign Office, al ir más allá de sus instrucciones de mantener buenas relaciones con Francia.

A pesar de ser conservador, Cooper no fue reemplazado cuando los laboristas ganaron las elecciones en 1945. Ernest Bevin, el nuevo Secretario del Foreign Office, valoró a un embajador que era amigo cercano de tantos políticos franceses, que incluso logró tener una especie de amistad, con el famoso anglófobo Charles De Gaulle.

Su mandato como embajador finalizó a finales de 1947. Pero para consternación de su sucesor, permaneció en Paris, viviendo en el Chateau de St. Firmin. Asumió algunos cargos directivos de empresas, pero esencialmente dedicó el resto de su vida a la escritura. Durante la guerra había escrito la vida del Rey bíblico David. En 1949 publicó el “Sargento Shakespeare”, un libro sobre la vida temprana del gran dramaturgo. Tuvo problemas con la Oficina del Gabinete, que intentó en vano, por motivos de seguridad, bloquear la publicación de su única novela “Operación Heartbreak” (1950). Con anterioridad había publicado la biografía oficial del Mariscal de Campo Haig (1935). Y una breve biografía del estadista francés Talleyrand. Escribía despacio, se ha dicho, pero raramente necesitaba revisar sus manuscritos.

Fue nombrado Vizconde de Norwich (1952) en reconocimiento a su carrera política y literaria. Y dejó gran parte de su magnífica biblioteca, a la Embajada Británica en Paris.

Su sobrina Enid Levita (hija de su hermana Stephanie) es la abuela paterna del ex líder conservador, David Cameron.

 Lady Diana Manners (Diana Cooper). Fue la hija más joven de Henry Manners, 8º Duque de Rutland, y de Marion Margaret Violet Lindsay (Pero algunos han insinuado que su padre biológico, fue el escritor Henry Cust). De joven fue considerada una de las mujeres más bellas de Inglaterra, apareciendo en incontables retratos, fotografías y artículos en periódicos y revistas.

En la década de de 1910 formó parte activa de “The Cotorie”, un influyente grupo de jóvenes aristócratas e intelectuales ingleses, cuya importancia y número se vio reducido a causa de la Primera Guerra Mundial. Lady Diana fue la más famosa del grupo, al cual también pertenecían Raymond Asquith (hijo del Primer Ministro Herbert Henry Asquith), Patrick Shaw-Stewart, Edward Horner, Sir Denis Anson y Duff Cooper. Tras la muerte súbita de los tres primeros en la guerra y el cuarto ahogado, Lady Diana se casó con Duff Cooper en 1919, uno de los últimos supervivientes de su grupo de amigos íntimos. No fue, que digamos, un matrimonio muy querido por la familia de ella, que esperaba que se desposara con Eduardo VIII (Duque de Windsor cuando abdicó de la corona, para contraer matrimonio con Wallis Simpson).

Tras trabajar como enfermera durante la guerra y como editora de la revista “Femina”, escribió una columna en diversos periódicos propiedad de William Max Aitken (Lord Beaverbrook). Después se dedicó al teatro, e interpretó a la Madonna en la reposición de “The Miracle” (dirigida por Max Reinhardt). La obra obtuvo un gran éxito internacional y Lady Diana viajó durante años representándola. Posteriormente actuó en varias películas aún mudas, pero también en otras de las primeras en color.

En 1929 tuvo a su único hijo: John Julius Norwich, hoy un gran escritor e historiador.

Tras el retiro de su marido como embajador inglés, siguieron viviendo en Francia, en Chantilly, hasta el fallecimiento del mismo en 1954. Cuando Duff Cooper fue nombrado Vizconde de Norwich, Lady Diana rechazó ser llamada Vizcondesa Norwich. Decía que le sonaba a “porridge” (gachas). Llegó incluso a publicar un anuncio oficial en “The Times”, afirmando que, independientemente del estatus de su marido y del suyo propio, seguiría siendo conocida como Lady Diana Cooper.

Lady Diana redujo drásticamente sus actividades, ya en los últimos años de la década de 1950. Pero escribió tres volúmenes de memorias: “The Rainbow Comes and Goes”, “The Lights of Common Day”, y “Trumpets from the Steep”.

Falleció en Londres  en 1986, a los 93 años de edad.

(Continuará)