Hubo un tiempo que esperaba el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) como el que espera el próximo capítulo de su serie favorita. Si, así es.  Por muy friki que a uno le parezca, los estudios del CIS son las encuestas gourmet de entre todas las encuestas, no sólo porque son las más jugosas y las que mejor han seguido la receta metodológica con más rigor y profesionalidad sino, porque a pesar de la innegable cocina política (que siempre ha habido y habrá) son las mejores.

Quien sigue con pasión los estudios del CIS también sabe que allí se habla de dragones, traiciones, de guerras y hasta amor. Sí, amor u odio como el carisma que destilan los diferentes líderes políticos.

Las entrañas de los micro datos son un festín para cualquier aficionado al masoquismo o al análisis político. A menudo, me enfadaba conmigo mismo y me negaba a creer que todo se reduce a la explicación del voto económico, esa por la que si mejora la economía llega el olor a primavera y todo huele mejor, hasta valoramos mejor a los líderes políticos. No, como estudioso de la política me niego a creer que el ser humano es un animal político sólo tiempo parcial y que además miente siempre por naturaleza frente al encuestador, como se corrobora del simple cruce de algunas preguntas. Encuestador: ¿votó usted en las pasadas elecciones? -Ciudadano mayor de edad que reside en la calle que exige la ficha técnica- Respuesta: pues claro, y luego fui a misa. Nunca contraste este resultado con la participación real de las pasadas elecciones.

¡Ojo! Y ahora no siga leyendo a partir de aquí sino quiere spoilers como transformers sobre el último barómetro que debería salir este mes. Avisado está. El paro, pese al optimismo y buenrollismo del Gobierno seguirá siendo el principal problema de los ciudadanos. Lo seguirá muy de cerca la corrupción, que empezó a ser un problema serio hasta inicios de 2013. Seguirán preocupando todo lo relacionado con la economía y eso que la nuestra, por lo que nos dicen, crece más rápido que el bambú. Luego sospechosamente a los ciudadanos nos preocupará como ya viene siendo habitual los malos malísimos: los políticos y la política en general. Por último es emocionante navegar por las series de datos y ver como por ejemplo la sanidad pública, muy bien valorada desde siempre por los usuarios, surge cual champiñón y se convierte en problema, oh sorpresa a finales de 2012 y de ahí en adelante sigue ganando puestos. Muy casuales serían los recortes en sanidad tomadas por aquel entonces.

En fin, para esto es tan interesante y valiosa la tarea del CIS, y también en este próximo capítulo, perdón barómetro, mi mente me traiciona, será muy emocionante ver la intención de voto sobre los partidos y valoración de líderes renovados por primarias como es el caso de Pedro Sánchez que algunos en función de los resultados le harán el examen. Yo no me lo pierdo.