Algunas agencias que patrocinan Mallorca como destino para gente joven lo presentan como “Beber hasta que llega el médico”

A ciertos turistas ingleses no les gusta un pelo la declaración la guerra de Balears al turismo de borrachera. De hecho, en un reportaje publicado por “The Guardian”, les ha sentado como un tiro que algunas compañías hayan decidido a rajatabla no aceptar a viajeros que presenten síntomas etílicos y pedir a los bares aeroportuartios que no sirvan bebidas alcohólicas. El rotativo británico alude a la idea que muchos jóvenes tienen de sus vacaciones en Mallorca. Relata que el bar de la Terminal 3 del aeropuerto de Manchester está repleto antes de las seis de la mañana, con todas las mesas ocupadas por jóvenes que consumen una pinta (algo más de medio litro) de cerveza tras otra. Otra de las estrellas para esta clientela de amanecer es el denominado “vodbull”, combinado de vodka y Red Bull. “Así, asegura uno de los implicados – ya llegas suelto a Mallorca; dejas las maletas en el hotel y puedes seguir la juerga”. Toda una estrategia en la gestión del tiempo.

En realidad, el turismo de borrachera se ha convertido en un reclamo de marketing. Algunas agencias que patrocinan Mallorca como destino para gente joven lo presentan como “Beber hasta que llega el médico”. Nadie desprecia las ganancias del turismo del hooligan ebrio. Ni siquiera los bares de los aeropuertos británicos, que se quejan de las medidas adoptadas por compañías como Ryanair, líder del “low cost” de Mallorca, que ya no deja subir a bordo a nadie con exceso de alcohol en su cuerpo.

La decisión ha sido tomada a la vista de la estadística creciente. Este verano la BBC informaba en un reportaje que las detenciones de viajeros borrachos han aumentado en torno al 50 por ciento en un año: han pasado de 255 a 387. La mitad del personal de cabina señala haber sido testigo de un conflicto protagonizado por viajeros bebidos. Una de cuatro personas que vuelan en estas rutas afirma haber sido víctimas de abusos físicos por parte de grupos de jóvenes borrachos. De hecho, esos vuelos - nocturnos en su mayoría - ya han sido bautizados como “clubs nocturnos del cielo”.

La reacción de este público etílico ante la ley seca en aeropuertos y aviones ha sido tajante y ha servido para configurar el titular de “The Guardian”: “Bebed tanto alcohol como podáis”.