El reciente estudio de BBVA-Research sobre el crecimiento de las Comunidades Autónomas sitúa a Balears en cabeza con una previsión de +4% para 2017 y + 3,1% para 2018. Cifras fantásticas, impensables. Algo tendrán que ver las grandes temporadas turísticas, con incrementos de envergadura en el número de visitantes y el gasto por día. Tanto es así que cierta parte de la ciudadanía balear incluso se permite denostarlas por conducir a la saturación y al agobio. En las redes y en calles de Palma aparecen claros signos de turismofobia.

 Los primeros.- Constatado que el crecimiento y los ingresos van viento en popa y que Balears va líder - a distancia del pelotón de las demás autonomías – hay que seguir el rastro de tantas sacas de dinero para averiguar dónde van a parar.

Los séptimos.- Primera sorpresa: en la clasificación de la renta per cápita, es decir en la parte de tanta bonanza que toca al ciudadano medio, Balears solo ocupa el séptimo lugar, detrás de Madrid, País Vasco, Navarra, Rioja, Catalunya y Aragón (INE 2016). “¿Quién se come mi parte de queso”, se pregunta ese ciudadano al que todavía le duelen los oídos de la fanfarria oficial del crecimiento. Como es natural, se responde a sí mismo: “Yo no me he comido mi medio queso, por tanto, alguien se lo está comiendo entero” ¡Premio! ¡Acertó! Y no es difícil averiguar quién se lo ha comido.

Los decimoterceros.- Sigamos con el rastro: ¿Cómo están los salarios? En esta liga, Balears se hunde en el ranking y ya solo se encuentra en decimotercer lugar; en el furgón de cola. Con un salario medio bruto de 1.747 euros, está por debajo de la media de 1.895 euros (INE 2015). Curioso: el país que más crece en ingresos alberga a los asalariados que menos cobran. Rige el principio popular que quien reparte se queda con la mejor parte: es la clave de la desigualdad.

Los últimos.- Y finalmente, el último rastro: ¿Qué hace el ciudadano balear con su salario en relación a los precios? En lo que se define como capacidad adquisitiva llegamos, por fin… ¡Al último lugar! La ratio promedio de salarios/nivel de precios es de 93 (INE y FUNCAS), la más baja de España. Farolillo rojo, en el último vagón del tren. Si no eres gran empresario o gran especulador, en Balears solo puedes aspirar a no ser pobre del todo.

Hemos llegado al final del circuito de la riqueza en un claro recorrido desde las altas cumbres hasta caer en las profundas simas. Hasta aquí la patología, el tratamiento puede ser diverso y con distintos grados de agresividad social. En todo caso, en todas las recetas aparece un remedio para apaciguar la fiebre: un incremento contundente de los salarios.

Por si sirve, recomiendo a todos los implicados consultar los experimentos del primatólogo Frans de Wall con monos capuchinos. Será esclarecedor y muy apropiado en el verano que se estrena “La guerra en el planeta de los simios”.