El alcalde del PP de Guadalajara, Antonio Román, lleva muy mal su dedicación exclusiva y, prácticamente, desde que llegó a la Alcaldía, en 2007, siempre ha estado a vueltas con su sueldo y su trabajo en pro de la ciudad que desde hace 10 años viene depositando su confianza en él.

Román ha cobrado de las Cortes de Castilla-La Mancha, del Congreso de los Diputados y del propio Ayuntamiento guadalajareño, además de compatibilizar estas retribuciones con su dedicación como médico en la sanidad privada, si bien es cierto que su condición de médico internista del Sistema de Salud castellano-manchego también le ha reportado sueldos en determinadas etapas de su vida política. O lo que es lo mismo, el regidor alcarreño se niega a abandonar su condición de médico en la clínica privada Sanz Vázquez de la capital, y tras varios tiras y aflojas con la oposición todo parece indicar que este viernes recibirá el apoyo del pleno para compatibilizar ambas pasiones (política y sanitaria) y ambos sueldos.

Ciudadanos, una vez más, al rescate del PP

Bueno, el apoyo del pleno, pero con mucho matices, ya que Antonio Román contará con la aprobación del PP y con los dos concejales de Ciudadanos, que después de negarle a Román sus pretensiones y tras varios intentos fallidos solicitando una liberación parcial para poder ser alcalde y también seguir ejerciendo la medicina, permitirá que el viernes se apruebe su liberación al 90% con un sueldo anual de 67.500 euros, cantidad resultante del 10% de los 75.000 euros anuales que el presupuesto municipal venía reservando para que el alcalde del PP pudiera dedicarse en cuerpo y alma, y de forma exclusiva, a la gobernanza de Guadalajara. En este sentido, el portavoz de C’s, Alejandro Ruiz, justifica su apoyo porque “ahora con cuatro horas semanales nos parece menos importante sobre todo porque nosotros no tenemos jornadas normales de 40 horas semanales”, concluye, “además, entendemos que es un mal mejor frente a la situación que teníamos”.

“Una enmienda de C’s a sí mismos”

Como era de esperar, el Grupo Socialista en el Ayuntamiento de Guadalajara ha criticado el cambio de actitud de Ciudadanos, que en palabra de su portavoz, Víctor Cabeza, nos hallamos ante una nueva contradicción de la formación naranja, “que ha presentado una nueva enmienda a sí mismos”, dice, para seguidamente argumentar que Ciudadanos vuelve “a truncar sus exigencias” primarias y cambia de opinión.

Para Cabeza no deja de ser chocante que para los concejales de la oposición no puedan disfrutar de estos privilegios, “mientras hay otros que solo se dedican a tiempo parcial y cobran el sueldo en su totalidad, o casi”, asegura el portavoz en referencia a esos 67.000 euros que se llevará Román todos los años del consistorio, a pesar de no tener dedicación exclusiva.

¿Cuánto cobrará de la clínica privada?

Cabeza ha justificado sus exigencias para que  el alcalde tuviera dedicación exclusiva, y cree que los constantes vaivenes de Román con su dedicación y retribuciones responden únicamente al objetivo de consolidar un elevado nivel de ingresos.

Y es aquí donde también se abre una gran incógnita, ya que hasta la fecha Antonio Román trabaja como médico internista en el SESCAM, en concreto en el Hospital de Guadalajara, y también pasa consulta en la Clínica privada de Sanz Vázquez. Sabemos que, al menos en su obligada declaración de bienes de 2014 como diputado nacional del PP, además de alcalde y médico, percibía la nada desdeñable cantidad de 28.758,57 euros por su actividad de médico en la sanidad privada.

A esto se añadía a las dietas que en aquella fecha percibía como alcalde y trienios del Sescam. De ahí que poca gente entienda que el alcalde de una ciudad de más de 83.000 habitantes no haya dejado de pasar consulta en una clínica privada de la ciudad durante los diez años que lleva ocupando el puesto. Y es que, no son pocas las voces críticas que aseguran que no resulta muy ético que dedique parte del tiempo que sin duda demanda este ayuntamiento con una actividad profesional de este tipo.

Polémica por la bandera LGTBI

Pero por si todo este asunto no fuera lo suficientemente preocupante, anoche se abrió un nuevo frente en las formas de hacer política de Antonio Román, que tuvo que soportar, si es que estaba en el Ayuntamiento, como miembros de la Asociación WADO LGTBI+ de Castilla-La Mancha  protestaban bajo las ventanas de su despacho municipal, en la Plaza Mayor, por la negativa del alcalde a colocar la bandera arco iris que nunca ondea oficialmente desde la balconada de las Casas Consistoriales, como sí sucede en Azuqueca o Marchamalo