No ha habido sorpresa: los partidarios de abstenerse y facilitar la investidura de Rajoy han obtenido  139 votos de los miembros del Comité, frente a los 96 votos que han obtenido los que mantienen su “no”  a un nuevo  gobierno del PP aunque sea en minoría. Pero vencer no siempre supone convencer. 

No parece que las argumentaciones de los vencedores puedan convencer a la minoría perdedora del Comité, y mucho menos a sectores significativos de la militancia, de sus simpatizantes y votantes. Frente al más de lo mismo prepotente de Susana Díaz y de las confusas y difusas de Javier Fernández, Presidente de la gestora, no facilitarán deshacer los entuertos creados. 

Casi el 60%, conversos incluidos, ha preferido un gobierno en minoría presidido por Rajoy como mal menor,  ante  unas nuevas  elecciones que califican a priori como catastróficas para los socialistas. Para tal mayoría late un problema de fondo: el va de retro a cualquier posibilidad de un pacto con Podemos que pueda posibilitar un gobierno alternativo a los Populares. Las últimas palabras de Susana Díaz en el Comité así lo expuso sin complejos. 

El PSOE, si no afronta sus nuevas realidades y retos, corre el riesgo de caminar hacia una pérdida progresiva de relevancia política, siguiendo la senda del PASOK griego

 Según el 40% el remedio puede ser peor que la enfermedad. No hay motivos que justifiquen que este mismo Comité diga ahora digo  donde antes dijo Diego. Sin pasar por alto  unos índices preocupantes e desacuerdo y desconcierto entre militantes, simpatizantes y votantes.

Y para concluir no resultará fácil que los diputados socialistas voten en bloque a favor de la abstención, tal como lidera Andalucía y otros próceres, como muestra de la coherencia y la unidad del grupo parlamentario. Es muy posible que,  además de los parlamentarios del PSC,  se produzcan otros “noes”. La solución no es fácil. Los defensores de la abstención en bloque, incluida la Comisión Gestora, no parecen  gozar de autoritas (autoridad moral) suficiente para que todos y cada uno de los parlamentarios opten convencidos por la abstención. Nunca suele resultar positivo tener que acudir a sus Estatutos  para dar carpetazo a un conflicto de índole política. 

El PSOE, si no afronta sus nuevas realidades y retos, corre el riesgo de caminar hacia una pérdida progresiva de relevancia política, siguiendo la senda del PASOK griego.