Si realmente había, como sostienen las acusaciones, un plan ideado en las más altas instancias de la Junta para otorgar las ayudas sociolaborales de forma opaca y arbitraria, no parece que la ejecución de dicho plan por parte del director general de Empleo Francisco Javier Guerrero estuviera muy afinada ni su gestión fuera precisamente muy discreta u obedeciera a indicaciones políticas o adminsitrativas muy precisas.

Así se desprende de la declaración que hizo ayer como testigo en el juicio de los ERE María José Rofa, que fue asesora de la Dirección General entre 2008 y 2011, después de que Guerrero dejara el cargo. Aquel departamento era un caos, vino a decir Rofa, que sigue declarando este miércoles: “Con el presupuesto se había hecho una bola” que nadie parecía controlar.

Hojas y documentos

El retrato que hizo la testigo, imputada en otra de las pieza, del funcionamiento de la Dirección General de Trabajo fue demoledor, más cercano a la chapuza que a la conspiración: no había expedientes propiamente dichos, solo hojas de Excel y documentos desordenados; en el departamento “no había nadie encargado de las ayudas”; no había normativa, solo un convenio marco; “no había escritos de petición de las ayudas, solo notas de reuniones”; no se sabía ni lo que quedaba por pagar”; en la dirección General había “tres gatos” gestionando las ayudas; no accedían la vida laboral de los trabajadores, por lo cual no tenían motivos para pensar que pudieran existir intrusos; había un tapón en los pagos; Guerrero daba las ayudas pero de algunas de ellas era “el último en enterarse” porque la decisión “venía de arriba”.

Rofa estuvo a las órdenes de los directores general Juan Márquez y Daniel Alberto Rivero y fue imputada por la juez Mercedes Alaya porque, aun conociendo las irregularidades, habría seguido trabajando con “con las mismas herramientas” y criterios. La testigo también declaró que recibió “amenazas” de sus superiores por su colaboración con la justicia.

"No se destruyó nada"

Por su parte, el exconsejero de Empleo entre 2010 y 2012, Manuel Recio, que también declaró ayer como testigo, dijo estar "seguro de que no" se destruyó documentación durante la revisión de los expedientes de concesión de las ayudas otorgadas por sus antecesores, en contra de lo declarado por Guerrero en una entrevista a la agencia Efe.


Aseguró que sus instrucciones al viceconsejero de Empleo Justo Mañas y al director de Trabajo Daniel Rivera fue que conformaran un equipo técnico para la revisión y que "en el momento que vieran cualquier ilícito, sin necesidad de consultarme, dieran traslado a la autoridad competente".


Chaves y Griñán lo sabían

En su comparecencia de este martes, Rofa ha dicho que los expresidentes Chaves y Griñán conocían las ayudas, algunas de las cuales las habrían ordenado ellos mismos, ha dicho. ¿Conocían ambos el modo en que se gestionaban? "Entiendo que sí", contestaba Rofa, añadiendo que se les remitía información sobre los conflictos y las ayudas. La ex asesora también aseguró que llegaron a remitirse a la juez Alaya expedientes "reconstruidos".