14 de enero de 2018. 17:36 horas. El doctor Jesús Candel, ‘Spiriman’ en las redes sociales, publica esta entrada en su cuenta de Twitter: “Me acaban de bloquear Facebook y no puedo publicar. Por lo visto me van a hacer lo mismo en Twitter. Antes de que lo hagan sólo deciros que me cago en todos vosotros, gobernantes y políticos de mierda y todos los cobardes que colaboráis con la corrupción. Sois unos hijos de puta!”.

Quien escribía ese texto era el mismo hombre que hace apenas un año conseguía doblar el pulso a la Junta de Andalucía en su política hospitalaria para Granada merced a una serie de masivas movilizaciones cuyo catalizador indiscutible fue este médico de Urgencias, con inequívocas inquietudes sociales plasmadas en su apoyo a la infancia más desfavorecida.

La vena populista

El héroe civil de Granada ha acabado convirtiéndose por decisión propia y sin ayuda ajena en el bocazas mayor del reino. La misma vena populista y la misma indignación moral que lo llevaron a lo más alto en la consideración de los granadinos lo están despeñando ahora hacia lo más bajo. No es ya que Candel no haya sabido parar en sus reivindicaciones, es que no ha sabido cerrar la boca para dejar de insultar.

Logrado el objetivo de deshacer la fusión hospitalaria planeada por la Junta para tener dos hospitales completos, la influencia pública de Candel ha ido declinando. Si antes se le escuchaba por haber sabido dar voz a las reivindicaciones de decenas de miles de granadinos, ahora solo es noticia por los insultos que dirige a diestro y siniestro y por las denuncias de los insultados.   

Insultos para todos

Ese mismo 14 de enero en que Candel anunciaba que le habían bloqueado Facebook se publicaba un reportaje sobre él en el diario digital El Español cuyo titular era este entrecomillado del médico: “Susana Díaz lidera una organización criminal”.

No era la primera vez que Candel cargaba contra la presidenta andaluza, a quien no solo señaló como instigadora de unas pintadas amenazantes en su casa sino que insultó en un vídeo subido a su cuenta de Facebook en el que decía textualmente: “Susana, eres una hija de puta” o “socialistas de mierda, nazis de mierda”.

En realidad, la presidenta andaluza es más la regla que la excepción: la inclinación casi enfermiza al insulto, la mofa y la frase de brocha gorda es marca de la ‘casa Sipiriman’. Mujeres, periodistas, fiscales, médicos, personal sanitario… para todos ellos ha tenido alguna vez un insulto, aunque hasta ahora sus excesos le habían salido gratis.

Adiós a la impunidad

Pero esa impunidad se ha acabado: la semana pasada el Colegio de Médicos de Granada hacía pública la sanción de un mes de ejercicio profesional a Candel por ofender gravemente a compañeros de profesión.

La resolución del ente colegial reconoce que el móvil de Candel es "la defensa de la sanidad pública y del paciente", pero subraya que existen “otros procedimientos internos para poder mejorar la sanidad, sin necesidad de proferir insultos en las redes sociales a otros colegiados".

Víctima de la Inquisición

La respuesta de ‘Spiriman’ no se hizo esperar: pidió la dimisión del presidente del Colegio, Jorge Fernández Parra, y calificó a la institución de tribunal de la Inquisición cuyo verdadero propósito sería “tapar las denuncias sobre la corrupción sanitaria andaluza”. Si Candel se reitera en su conducta, la siguiente sanción podría ampliarse hasta los dos años.

En declaraciones a una emisora de radio, Candel incluyó también entre la nómina de culpables de su inhabilitación por el Colegio de Médicos al propio presidente del PP andaluz, Juanma Moreno, cuya esposa trabaja como ejecutiva de una empresa farmacéutica controlada por el presidente del Colegio granadino.

2.500 firmas

A la sanción, que todavía no es firme, del colegio de Médicos se suma la denuncia por incitación al odio que días atrás era presentada ante la Fiscalía con el aval de 2.500 firmas de usuarios y profesionales.

Entre los promotores de la denuncia está el cantaor flamenco y activista Juan Pinilla, que citaba entre las personas insultadas a la presidenta andaluza y a la líder de Podemos, Teresa Rodríguez, aunque se desmarcó de los denunciantes y encuadró vagamente la denuncia en una estrategia inspirada desde el poder para desacreditar a quien habría tenido el coraje de desafiarlo. En su comunicado, Rodríguez no tenía ninguna palabra de reproche a Candel pese a su reiterado menosprecio descarnadamente machista a las mujeres.

Un discurso de odio

En la relación de hechos denunciados, el escrito recalca que “son constantes los comentarios humillantes, denigrantes, hostiles, además de soeces y de dudoso buen gusto que lanza amparándose en la libertad de expresión”. Además, Candel “ha elaborado un permanente discurso de odio contra los colectivos sociales que a su entender no comparten sus posiciones sobre el modelo sanitario de la ciudad, tales serían las mujeres, el personal sanitario, los periodistas y los representantes políticos democráticamente elegidos”.

La denuncia recoge una detallada relación de los insultos de Candel en las redes sociales: penca, sinvergüenza, víbora, mierda, la chupó mucho para llegar adonde está, tonta del culo, cómo os bajáis las bragas, yo te pego dos guantazos cada vez que abres esa boca que te pongo mirando pá Cuenca, ¿cómo sacó su plaza de jefa?... no sé, es una mujer muy atractiva y agradable era muy amiguita de…, os merecéis que os den una patada en los huevos, algunos médicos son una panda de cagaos …

Denuncias y archivos

Con anterioridad, Sipriman había salido bien parado de la justicia. En junio de 2017, la titular del Juzgado de Instrucción 3 de Granada decretaba el archivo de la causa en la que investigaba a Candel por supuestas injurias y calumnias al exviceconsejero de Salud, Martín Blanco, por un vídeo difundido a través de Internet en el que leía un texto de un tercero que afirmaba que Martín Blanco y una profesora de la Escuela Andaluza de Salud Pública "estuvieron ya imputados hace varios años por un delito contra el patrimonio de la Junta de Andalucía". La juez exculpó a Candel al entender que estaba haciendo uso de su libertad de expresión.

Lo mismo ocurrió, pero en sentido inverso, con una denuncia interpuesta por la asociación Justicia por la Sanidad, creada por Candel, en la que acusaba a la administración sanitaria de malversación de caudales públicos, cohecho, prevaricación y falsedad por firmar convenios con clínicas privadas para aliviar la lista de espera quirúrgica del servicio de Traumatología del hospital Virgen de las Nieves de Granada. La denuncia fue archivada.