De todo proceso se tiene que extraer siempre lo positivo, y ponerlo a disposición de la gente y de las futuras generaciones, para que conozcan y sepan responder ante los problemas que pudieran surgir. Aquí mis palabras positivas y de aliento.

El pueblo de Cantillana ha inaugurado el museo Ocaña. Aunque oficialmente lo haya hecho una autoridad de la Junta de Andalucía junto a su alcaldesa, y aunque no sea un museo sino un Centro de Interpretación de la obra y la vida del pintor. Digo que ha sido el pueblo porque con ese monumental pasacalles de niños y niñas, con la presencia de cientos de personas del municipio, se ha inaugurado el museo este 9 de febrero, y es donde se aprecia el porqué finalmente se ha conseguido la inauguración del edificio con la obra. Sin duda, sin el cariño y aprecio de su pueblo no se hubiera realizado nada, y el gobierno de PSOE-IU del municipio no hubiera tenido la comprensión de sus vecinas y vecinos, ni el aliento para hacerlo.

La victoria del pueblo es haber conseguido además un centro de arte contemporáneo en medio de esta crisis económica. Estamos seguros que ayudará al futuro desarrollo económico del pueblo. Y si no fuera así, que sea la propia gente de Cantillana la que lo valore, pero para que sea así, y forme parte del desarrollo, tenemos que seguir trabajando todos a una, tanto los agentes culturales, como las administraciones, como la propia familia del pintor. Lo que se ha inaugurado no es más que un nuevo camino y una nueva etapa de este enorme trabajo que supone poner a Ocaña en el lugar que se merece.

La medalla que no llegó

El año pasado un grupo de intelectuales pidieron que José Pérez Ocaña tuviera la medalla de Andalucía a título póstumo, que no se le concedió.  Pero ya se venía trabajando desde hace cinco años un manifiesto donde se exponía las razones históricas por las que Ocaña se merecía un espacio expositivo. Ese manifiesto dio como resultado una comisión ciudadana con la familia, amigos y el Ayuntamiento de Cantillana para iniciar un proceso más definitorio en cuanto a proyectos y plazos del espacio museístico.

El Ayuntamiento de Cantillana, y esto es una de las cuestiones positivas que hay que sacar, ha respondido hasta finalmente conseguirlo, gracias al empeño de su alcaldesa y de su equipo de gobierno en las tareas que les ha tocado a cada uno desarrollar, desde los planes donde conseguir la construcción de la cubierta hasta la negociación con Cultura de la Junta para que sea un lugar normalizado como centro, etc. Qué contento estaría hoy Eduardo Galeano, que fuera el primer firmante del manifiesto, o nuestro recién fallecido, Juan de Loxa; o Paco Algora, que lo conoció en las Ramblas, o Emma Cohen que adoraba sus coloridos cuadros. Ellos vieron siempre la posibilidad real que hoy amanece en Cantillana: un lugar para Ocaña era necesario para seguir soñando otro mundo posible.

Un intenso recorrido

El recorrido ha sido intenso con exposiciones de gran formato en Castro del Río (Córdoba), Casares (Málaga), Conil de la Frontera (Cádiz), Córdoba y Priego de Córdoba, Sevilla, Terrasa (Barcelona)… Exposiciones muy visitadas y siempre acompañadas de charlas u homenajes. Sin duda, algnos de los homenajes los más bellos y populares se dieron en Cantillana, y en el Ateneu Barcelonés o en la Alameda de Sevilla, el de este último lugar fue algo mágico y junto con Daniel González Rojas, Javier Navascués y Paula Garvín nos convertimos en improvisados montadores de exposición. En aquel homenaje tan lindo no pudieron faltar Nazario y Alejandro. Y tampoco la vitalidad y el apoyo total del director del colegio La Esperanza, José María Bando, que siempre ha movilizado a su profesorado y su alumnado en la educación en valores de igualdad gracias a su paisano.

Y en ese recorrido hasta hoy, también otras iniciativas más modestas pero que han conseguido llevar al pintor a lugares muy positivos para su exhibición, como la cesión de una acuarela a la Casa Natal de Blas Infante en Casares, o la donación de otra acuarela a Izquierda Unida de Andalucía (por su trabajo parlamentario o en el Senado a favor del artista) que finalmente cedió al Museo de Arte Contemporáneo de La Puebla de cazalla (Sevilla). ¡Cuánto caminar juntos de personas altruistas y solidarias para conseguir rescatar la memoria de Ocaña!

Y en todo este camino, José Naranjo Ferrari ha sido una pieza fundamental, por su conocimiento del artista. Siempre dando su aportación académica y comisariando junto conmigo algunas de las grandes exposiciones. Y finalmente se publicó su libro divulgativo sobre Ocaña, La pintura travestida, que supone ya tener un libro del artista, con ilustraciones de su obra y la biografía.

Agradecimientos

Hemos hecho tanto que parece que inaugurar el museo es el final de una carrera. Pero no se equivoquen, es el final de una etapa, de ese camino todavía que tenemos que seguir desarrollando para que las futuras generaciones conozcan, disfruten y quieran la libertad que nos trae Ocaña, con su vida y su obra.

Gracias a todas y todos los que habéis hecho posible este sueño: la familia del pintor, José María Rondón desde su tribuna periodística, José Manuel desde su apoyo incondicional,  Yedra y su equipo como grandes profesionales de la restauración, Marisa Ruz como ejemplo del cariño de las instituciones, Ventura Pons, Juan José Téllez, José Manuel Mariscal, Antonio Maíllo, Angelines García, y un larguísimo etcétera. Yo  como andaluz y como uno más que ha aportado lo que ha podido, seguiré apostando por la cultura en libertad. Nos vemos pronto inaugurando la calle al pintor en Sevilla o festejando, quién sabe, que al pintor le hayan dado este año la Medalla de Andalucía.