Nueva –y ciertamente sutil– controversia a propósito de la correcta utilización del lenguaje no sexista, un territorio repleto de minas ocultas que, en ocasiones, ni los más experimentados ciudadanos curtidos en la guerra de la igualdad son capaces de detectar.

Una de esas minas acaba de estallarle a la organización de consumidores FACUA, que denuncia en su web que la Junta de Andalucía le ha advertido de que el uso de expresiones como "consumidores" y "usuarios" en lugar de "personas consumidoras" y "personas usuarias" implica prácticas de "lenguaje sexista" y "podría considerarse una infracción leve de la Ley General de Subvenciones" si aparecen en textos de campañas financiadas por la administración autonómica.

Enfado de FACUA

Curtida precisamente en decenas de batallas a favor de la igualdad y contra la discriminación no solo en sus variantes relacionadas con el consumo, FACUA Andalucía se muestra muy enfadada con lo que denomina “la censura lingüística que pretende imponer la Junta” y critica “la falta de coherencia al respecto del Gobierno andaluz, que en multitud de ocasiones utiliza el masculino genérico en los contenidos de sus publicaciones”. También lo hace la propia presidenta Susana Díaz en su cuenta de Twitter, recuerda con malicia FACUA.

‘Estructuras no excluyentes’

Según la información recogida en su web, la Dirección General de Consumo, dependiente de la Consejería de Salud, ha reclamado a FACUA Andalucía que elimine de los contenidos de sus campañas financiadas con dinero público todas las expresiones "realizadas en masculino genérico", como "consumidores", y sustituirlas por lo que denomina "otras estructuras no excluyentes", como "personas consumidoras".

La multa por el incumplimiento de las recomendaciones de Consumo oscila entre los 75 y los 900 euros.

La advertencia

Así reza la severa advertencia de la Dirección General de Consumo: "Desde la Administración de la Junta de Andalucía se considera que el uso del masculino neutro es lenguaje excluyente y que podría incumplir las obligaciones de los beneficiarios recogidas en el artículo 24.1 i) de la Orden de 5 de octubre de 2015 por la que se aprueban la Bases Reguladoras Tipo para la concesión de subvenciones en régimen de concurrencia competitiva", advierte la Dirección General de Consumo a FACUA Andalucía en su escrito.

Y añade: "Este tipo de lenguaje podría considerarse una infracción leve en base al artículo 56 c) de la Ley 38/2003, de 17 de noviembre, General de Subvenciones".

La Academia

El debate sobre el lenguaje no sexista ha suscitado encendidas polémicas incluso en la tradicionalmente sobria Real Academia de la Lengua Española, cuyos titulares no acaban de ponerse de acuerdo. Los adversarios del mismo consideran que las fórmulas no sexistas sacrifican la economía del lenguaje y tienden a forzar hasta límites poco recomendables la estructura misma del idioma.

Quien tal vez con más saña ha combatido esta corriente es el casi siempre excesivo Arturo Pérez Reverte, contrario a unas normas que, por ejemplo, "pueden obligar a los profesores, en clase, a utilizar el ridículo desdoblamiento de género”. La estructura de las lenguas románicas, argumentan académicos menos belicosos, utilizan el masculino plural como genérico para ambos sexos desde hace siglos, por lo que intentar cambiarlo por decreto está abocado al fracaso.

Académicas como la filóloga Inés Fernández-Ordóñez admiten que si bien hay “numerosos colectivos que consideran al masculino un modo no inclusivo”, deben entender que no es fácil cambiar unas estructuras lingüísticas tan arraigadas: “A dichos colectivos –declaraba Fernández-Ordóñez en 2016– se les ha hecho ver que la estructura de nuestra lengua funciona así, pero proponen cambiarla y, es más, lo practican. Deben ser respetados”.