La inscripción de la marca Marea Andaluza en el registro de partidos políticos, conocida hoy, está siendo interpretada en medios políticos como una manera de la líder andaluza Teresa Rodríguez de marcar territorio propio frente a la dirección nacional del partido, desde la que Pablo Iglesias se inclinaría más por una especie de ‘centralismo democrático’ que mantuviera bajo el control de Madrid la gestión y elaboración de candidaturas electorales, así como el formato y la denominación de las alianzas de Podemos en futuras competiciones electorales.

Un 'no' y una hipótesis

En principio, Marea Andaluza no parece que, en términos de marketing electoral, fuera una mala marca para Podemos e Izquierda Unida de materializarse la confluencia entre ambas organizaciones. El problema es que la formación que lidera Antonio Maíllo no la ve con buenos ojos. El propio Maíllo ha descartado expresamente que ese vaya a ser el paraguas electoral de una alianza Podemos-IU: “El registro no tiene nada que ver ni IULV-CA ni con el proceso de confluencia".

Ahora bien, si Marea Andaluza nunca va a ser la marca electoral de una virtual confluencia con IULV-CA, ¿entonces qué va a ser? Una hipótesis, hoy por hoy remota pero no completamente disparatada, es que si en algún momento se produjera una ruptura entre Sevilla y Madrid, Podemos Andalucía tendría perfectamente a mano una etiqueta electoral propia con la que ya están familiarizados los votantes de Podemos.

“Ya lo sabía”

La portavoz adjunta del grupo parlamentario de Podemos Andalucía Carmen Lizárraga ha dicho hoy que la dirección regional del partido ha querido simplemente preservar dicha marca para que no pueda utilizarla nadie ajeno a la formación morada, a la que se asocia el nombre de ‘Marea’ en otros territorios y que fue la denominación –‘Por una Marea Andaluza’– con la que Teresa Rodríguez venció a Lizárraga en las primarias donde fue reelegida como coordinadora andaluza.

En la misma línea, fuentes cercanas a Rodríguez también aseguraron a EL PLURAL que los motivos del registro habían sido "meramente preventivos, para que no lo hicieran otros". Las mismas fuentes garantizan que Madrid conocía la decisión que, por tanto, no cabe interpretar que dicho trámite haya ampliado las distancias entre Iglesias y la líder andlauza.

Mientras tanto, el secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, ha asegurado diplomáticamente hoy en RTVE que habló con la líder andaluza hace varios días: "Ya lo sabía, Teresa me había avisado (…) y es que siempre existe el riesgo de que algún listillo te robe el nombre y lo registre antes que tú”. Lo que no ha dicho Echenique es que Rodríguez le consultara su decisión. 

¿Por qué tanto sigilo?

Aun con todas estas explicaciones, no deja de ser llamativo que Podemos Andalucía haya tramitado con tanto sigilo la inscripción. Si no hay nada que ocultar, si la iniciativa no resulta molesta para nadie, si se trata una mera precaución administrativa para evitar los riesgos derivados del ‘espionaje industrial’, ¿por qué no se comunicó públicamente? La información ha sido adelantada hoy por los digitales Eldiario.es y El Confidencial.

La última palabra

La insistencia de Teresa Rodríguez en que Podemos Andalucía disponga de su propio CIF y elabore sus propias listas electorales sin la intromisión ni supervisión de Madrid nunca ha sido vista con buenos ojos por la dirección nacional, que a su vez tampoco ha tenido empacho, por ejemplo, en meter con calzador en una lista andaluza a quien fuera Jefe del Estado Mayor del Ejército, Julio Rodríguez, un nombre que levantaba ampollas en la cultura profundamente antibelicista de las izquierdas radicales y transformadoras andaluzas.

¿Federales o confederales?

En una reciente entrevista con Europa Press, Rodríguez descartaba cualquier voluntad de “confrontación” con la dirección nacional, pero recalcaba que la organización andaluza necesitaba tener “determinadas certezas” sobre su autonomía. Y añadía: "Si no hubiéramos tenido la independencia financiera, la autonomía de gerencia y el acceso al censo, hablaríamos de un conflicto abierto, pero habiendo conseguido eso nos falta tener independencia política para poder elegir nuestras listas, eso nos va a tocar pelear".

Pablo Iglesias y la dirección española han encontrado en Teresa Rodríguez un hueso duro de roer. La dirigente gaditana no va a renunciar a una autonomía interna que si en la formación andaluza se lee en clave convencionalmente federal, en Madrid se lee en clave desafiantemente confederal. La inscripción de Marea Andaluza solo puede ser leída como un aviso a navegantes.