Se pudo ver y escuchar en el telediario de las 15 horas del 23-12-17 de RTVE, del minuto 34:45 al 35:18, entre diversas noticias sobre Papá Noel, “e inmediatamente después de la ya inquietante ‘tradicional felicitación de Navidad’ de las Fuerzas Armadas destacadas en el extranjero”. Así denuncia dicha pieza informativa Granada Laica, que ha remitido el enlace de la noticia al Observatorio de la laicidad (www.laicismo.org). La información puede verse aquí:(http://www.rtve.es/alacarta/videos/telediario/telediario-15-horas-23-12-17/4388958/.

La transcripción íntegra de la noticia denunciada por la asociación laicista es esta:

“Lleva estas últimas semanas preparando los regalos de Navidad. Vive en la Laponia finlandesa. Este es el punto departida de Papa Noel para llenar de ilusión miles de hogares en todo el mundo. En su trineo conducido por sus renos mágicos, recorrerá miles de kilómetros alrededor de todo el mundo. Para hacer posible la entrega y antes de emprender su viaje, Papa Noel ha activado el péndulo con el que para la rotación de la Tierra. Ha leído ya millones de cartas y ha recibido en su casa de Laponia a más de 300.000 visitantes”.

Un poco de sorna navideña

Además de denunciarla, Granada Laica ha comentado la noticia en estos términos, no exentos de sorna: “El alcance --siempre catastrófico-- de la anunciada acción terrorista de Papá Noel dependerá de lo que dure el cese de la rotación terrestre (dato no proporcionado por TVE). Si es cierto lo que se explica aquí (https://www.vix.com/es/btg/curiosidades/5423/que-pasaria-si-la-tierra-se-detiene), para empezar "todos saldríamos literalmente volando por los aires a velocidades altísimas, disparados hacia cualquier dirección, provocando daños tremendos, catastróficos e inimaginables. ¿Te imaginas los océanos elevándose en los aires a más de 1600 km/h?".

El portavoz de Granada Laica y profesor del departamento de Ciencias de  la Universidad de Granada, Juan Antonio Aguilera, glosaba así la información de TVE:” No sabemos en qué momento se iniciará la pavorosa parada, pero la avalancha (ya espeluznante) de villancicos sugiere que será inminente, de modo que ¡es perentorio detener a (cada) Papá Noel y no soltarlo hasta que desactive su péndulo!, sin ceder al presumible chantaje de los regalos infantiles: ¡que esta vez los compren los otros papás (y mamás)!”.