Incluso la inauguración se retrasó, aunque esta vez la demora no se debió a batallas políticas o burocráticas, sino al mal tiempo. Con largos años de retraso sobre el calendario inicialmente previsto, Jaén cuenta desde hoy con su Museo Íbero, único en el mundo dedicado exclusivamente a la cultura que daría nombre a la Península. De algún modo, los íberos vuelven a casa, ya que la provincia de Jaén es, con diferencia, la que cuenta con mayor número de yacimientos de esta cultura.

Lo ha inaugurado el Rey Felipe VI, acompañado por la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, y autoridades locales, provinciales y nacionales. Tras casi 27 millones de euros de inversión, este lunes 11 de diciembre ha abierto fin sus puertas.

Zancadillas políticas

Aunque la idea nació a finales de los 90, oficialmente puede cifrarse en cinco años el retraso en la inauguración del Museo debido más que nada a las zancadillas que el Ayuntamiento de la capital y el Gobierno central, ambos gobernados por el PP, han venido poniendo a un proyecto de la Junta de Andalucía que siempre tuvo la colaboración muy estrecha de la Diputación: el color socialista de ambas instituciones ha estado en el origen de la interminable demora.

Jaén tiene experiencia en esta clase de pugnas. Aun así, el Museo Íbero ha tenido más suerte que el tranvía de Jaén, construido por la Junta pero que el Ayuntamiento se niega a poner en funcionamiento por discrepancias con la Administración autonómica sobre el coste y la utilidad del mismo.

El último capítulo

El último capítulo del largo contencioso que ha demorado la apertura del Museo ha sido la titularidad de los terrenos, donde se asentaba la cárcel provincial e inicialmente propiedad del Gobierno central, que los cedió al Ayuntamiento. Al ser el Museo un proyecto de la Junta, esta exigía ser también la titular de los terrenos, pero el Ayuntamiento del PP aseguraba que no tenía capacidad jurídica para ceder un patrimonio que le había cedido el Gobierno.

En realidad, si las tres administraciones hubieran sido del mismo color, este problema burocrático en apariencia irresoluble se habría solventado sin mayores dificultades. La solución llegaba por fin en julio pasado: el Consistorio renunciaba a los terrenos del Museo devolviéndolos al Gobierno central y a renglón seguido la Junta reclamaría la cesión de los mimos al Ejecutivo nacional. Realmente, no era tan difícil.

Jaén, capital íbera

Susana Díaz ha explicado, en el acto de inauguración, que el proyecto permite disfrutar de piezas únicas procedentes del Santuario del Pajarillo de Huelma, del conjunto arqueológico de Porcuna o de algunos de los 545 yacimientos íberos con los que cuenta la provincia de Jaén. "No se acumula en ningún sitio en el sur de la Península Ibérica ni en el levante un patrimonio arqueológico de esta etapa" como este, ha destacado la presidenta, quien ha definido el museo como una "oportunidad" para la comunidad.

La presidenta ha expresado además la significación de este nuevo edificio cultural, antigua prisión de Jaén, como elemento de "recuperación de la memoria".

El Museo

El centro se configura como una institución museística de primer orden que recoge los principales testimonios materiales de la cultura íbera, y trasciende el territorio provincial para constituirse como museo de ámbito andaluz, en el que están presentes los diversos pueblos íberos que habitaron los distintos territorios de nuestra Comunidad.

Asimismo, se configura como un centro de referencia internacional dedicado al pueblo íbero, su cultura y sus señas de identidad. Se trata de un museo monográfico y especializado, con una fuerte identidad propia, que trasciende lo local, y cuya colección reunirá piezas procedentes de todos los museos de la comunidad autónoma y del resto de España.

La cultura íbera

Conocemos como cultura íbera un amplio conjunto de pueblos que se asentaron en el sur y el levante de la península Ibérica desde el siglo VII hasta el siglo I a.n.e. No constituyeron un pueblo homogéneo, pero sí compartían rasgos culturales: la forma de organización política aristocrática jerarquizada, el rito de enterramiento e incineración, o una ordenación territorial y urbana similares.

En su origen son claves las relaciones con fenicios y tartesios, que alcanzan su nivel más alto en el siglo VII a.n.e., cuando se documentan los elementos que han definido a estos grupos, como las primeras cerámicas a torno o la producción del hierro, y cuando se construye un importante número de oppida -ciudades con grandes fortificaciones- donde se sustituye la cabaña de planta circular por la casa de planta angular.

Riqueza minera

Los contactos con diversos pueblos mediterráneos, que llegaron a la península Ibérica atraídos por su riqueza en minerales, contribuyen a conformar un importante desarrollo cultural del que da muestras, entre otros, el conjunto escultórico de Porcuna.

Tras la II Guerra Púnica (218-201 a.n.e.), Roma se encontró frente a unas comunidades ampliamente desarrolladas, lo que utilizó para organizar su presencia. Ello permite reconocer rasgos de la cultura íbera hasta bien avanzado el siglo I a.n.e.

Una exposición de género

A través de cuatro personajes prototípicos de la cultura íbera, "la dama, el príncipe, el héroe y la diosa", la exposición muestra al público un recorrido por esta cultura que tuvo un amplio desarrollo en nuestro territorio. La exposición con la que se inaugura el Museo Íbero está centrada en la cultura íbera y está concebida desde la perspectiva de género.

La dama

El concepto de Dama en la Cultura Íbera nace del tratamiento dado por autores como Pierre Paris en el siglo XIX a la escultura hallada en Elche en 1897, conocida hoy con el nombre de Dama de Elche, y es una iconografía característica de esta cultura.

El príncipe

El término procede de la tradición investigadora francesa que ha construido la figura del Príncipe de la Protohistoria europea como un aristócrata de perfil bajo, que trata de afianzar su poder político, económico y simbólico en un mundo de fuerte competencia entre linajes. Para los príncipes íberos el término fue sancionado con la exposición "Íberos, Príncipes de Occidente" que en 1997 se contempló en París y en 1998 en Barcenola y Bonn.

El héroe

Está presente desde muy antiguo en toda la iconografía mediterránea, aunque se hace visible en la iconografía íbera, a partir del hallazgo del Gilgamesh local del monumento turriforme de Pozo Moro, Chinchilla, en los años setenta del siglo XX con el hallazgo del monumento escultórico de Cerrillo Blanco y en 1994 con el hallazgo del Heroon del Pajarillo.

La diosa

En la cosmología íbera es reconocible la existencia de una divinidad femenina, que asume funciones muy diferentes de fertilidad, cuidado maternal, protección en la salud, adivinación, intermediación en la muerte..., etc. Es decir, distintas funciones según el contexto y el tiempo en el que se documenta cada caso: clásica representación realista, como una madre que porta en sus brazos uno o dos niños o aquella que se podría encuadrar genéricamente en las formas betílicas.

Contra el expolio

Además, esta exposición de marcado carácter científico, incluye un módulo para concienciar a la ciudadanía en general contra el expolio arqueológico y la necesidad de respetar el inmenso patrimonio recibido y que debe ser preservado para las siguientes generaciones; así como con un espacio dedicado al público infantil para darle a conocer y que comprenda el arte íbero.

Con un planteamiento divulgativo, se compara la información que se puede obtener de piezas expoliadas, frente a las correctamente recuperadas y documentadas. La exposición ofrece también al visitante la oportunidad de conocer el grave daño que produce el expolio de piezas en los yacimientos arqueológicos y su impacto sobre el conocimiento y valorización de nuestro patrimonio.