Se llama Teresa Fernández Zafra, es una joven científica andaluza que pudo ampliar estudios gracias a una Beca Talentia y acaba de concluir su investigación de cinco años de doctorado sobre un tipo de células llamadas gliales, esenciales para el funcionamiento del cerebro y con una función importante en patologías como el daño de médula espinal, el dolor crónico o la artritis reumatoide.

El examen

Nacida en Córdoba y criada en Sevilla,  Teresa Fernández defendió el pasado día 24 su tesis doctoral en la prestigiosa universidad sueca Karolinska Institutet, que anualmente entrega el Premio Nobel de Fisiología o Medicina.

La catedrática Elly Hol –proveniente de Holanda, donde desarrolla estudios sobre las células gliales en distintas enfermedades neurodegenerativas– fue la oponente en la defensa, que se desarrolló durante tres horas y consistió en una presentación de los estudios que Teresa ha llevado a cabo durante su lustro de doctorado.

A la exposición siguió una sesión de preguntas para evaluar y discutir los estudios en los que Teresa ha participado, algunos de los cuales están publicados en reconocidas revistas científicas.

La formación

Fernández Zafra emprendió inicialmente su carrera científica en Irlanda, donde estudió neurociencias en la Universidad de Dublín (University College Dublin). Seguidamente, gracias a una Beca Talentia otorgada por la Junta de Andalucía continuó su formación con un Master de Biomedicina en Estocolmo.

Su creciente pasión por la ciencia la llevo a conseguir una beca doctoral con la cual ha desarrollado la tesis presentada el pasado viernes ante un comité de expertos del mismo campo de investigación (Elisabeth Hansson, Robert A. Harris y Mikael Svensson).

Teresa ha recibido ofertas de varios laboratorios internacionales para continuar sus estudios, entre ellos el King Collage Londres y la Universidad de San Diego, aunque por el momento seguirá en su laboratorio actual hasta final de año.

La ciencia

En concreto, la joven científica andaluza ha estudiado el comportamiento de las células gliales  y los mecanismos moleculares involucrados en las distintitas patologías mencionadas. Este tipo de estudios se denominan ‘ciencia básica’ ya que forman la base del conocimiento del que actualmente disponemos y sobre el cual se basan los consiguientes estudios clínicos que tienen como objetivo principal la cura de estas enfermedades.

“Sin ciencia básica no podríamos desarrollar medicinas para curar las enfermedades que afectan a la sociedad actualmente”, explica Teresa,  por lo que “este tipo de ciencia es esencial para poder entender cuál es el problema y cómo atacarlo de la manera mas apropiada”.