La documentación es abrumadora y no deja lugar a dudas. El prohombre Ramón de Carranza fue un delator cuyas denuncias llevaron a al cárcel o a la muerte a muchos gaditanos entre 1936 y 1939. Elogiado “por su brillantísima labor” en la retaguardia por el feroz general Queipo de Llano en sus charlas desde Radio Sevilla, al preboste franquista parece haberle llegado por fin su hora: su nombre será borrado primero del callejero gaditano y tal vez después del campo de fútbol. Aunque el estadio es propiedad municipal, los partidos se muestran más cautos sobre si finalmente aquí se borrará también el nombre.

El Ayuntamiento de Cádiz ha decidido dar cumplimiento a la Ley de Memoria Histórica eliminando de los espacios públicos nombres como el de Ramón de Carranza. La decisión cuenta con el respaldo del grupo socialista, sin el cual el gobierno local de José María González ‘Kichi’ no podría sacarla adelante.

Las delaciones

La noticia la adelanta hoy Radio Cádiz, en cuya web se cita la documentación que demuestra que Ramón de Carranza remitió al denominado Consejo de Guerra Permanente numerosas identificaciones de personas acusadas de pertenecer a sindicatos como UGT o CNT o de ser “personas de mala conducta […] y que se exteriorizaban en hablar mal del Movimiento Nacional, salvador de España”.

Estas y otras denuncias, como delatar a vecinos que “escuchaban en la radio conferencias desde Moscú”, trazan un perfil muy distinto de un hombre que para muchos gaditanos de las jóvenes generaciones solo es el nombre del estadio de fútbol o del trofeo que organiza cada año el Cádiz CF.

Marino, labrador, aristócrata

Ya en octubre pasado y haciéndose eco de las reclamaciones planteadas desde el movimiento memorialista, el concejal Martín Vila recordaba que “Carranza firmó de su puño y letra muchas actas por las cuales muchas gaditanas y muchos gaditanos, por el simple hecho de ser sindicalistas, fueron vilmente asesinados en las tapias del cementerio”.

Esto dice sobre él el primer párrafo de su entrada en la Wikipedia: "Ramón de Carranza y Gómez-Pablos, marqués de Soto Hermoso (Cádiz, 21 de mayo de 1898 - Sevilla, 14 de septiembre de 1988), fue un empresario, marino, labrador y aristócrata gaditano que desempeñó un relevante papel en los primeros momentos del golpe de estado militar contra la Segunda República (1936). Intervino, como paramilitar falangista, en las operaciones de limpieza política del sudoeste andaluz durante 1936. Político franquista de la Administración Local, fue el presidente del histórico club de fútbol Sevilla F.C. que construyó su actual estadio".