Dice que para ella es “un reto y un regalo” formar parte del programa de Monkey Week. Y hay que creerla, porque a estas alturas es difícil negar la valentía de Rocío Márquez (Huelva, 1985), que tras ganar la Lámpara Minera en 2008 y hacerse un hueco entre los nombre más importantes del cante flamenco, abrazó la investigación musicológica en El niño (2014) y cambió la bata de cola por el traje de gala a la hora de subirse al escenario. Con Firmamento (2017) ha ahondado en su gusto por mezclar los sonidos tradicionales con la vanguardia, sirviéndose únicamente de letras escritas por mujeres y logrando una vez más la unanimidad de la crítica.

En la importante cita sevillana, que se desarrolla este fin de semana en hasta trece escenarios del entorno de la Alameda de Hércules, comparte cartel con más de un centenar de artistas, muchos de los cuales pueden parecer de universos distintos al suyo. Es el caso de bandas consagradas como los norteamericanos Swans o los españoles Los Hermanos Cubero, aunque en el cartel caben también la sensación neoyorkina Princess Nokia y sobre todo un sinfín de bandas emergentes, que tratarán de consagrarse en un festival que tiene mucho también de punto de encuentro entre profesionales del sector. Sobre su papel en Monkey Week y sus múltiples facetas hemos preguntado a la cantante onubense.

¿Le interesan las propuestas musicales como Monkey Week? ¿Tiene previsto disfrutar del festival como espectadora?

Por supuesto, ¡el cartel es una joya! En los festivales de músicas del mundo, de los que formo parte en Francia con frecuencia, aprendo y disfruto mucho viendo a los compañeros. Es extraordinaria la diversidad, que para mí puede ser fuente de inspiración.

Tuve el placer de estar en la presentación previa de 'Firmamento' en Sevilla. ¿Realizará en MonkeyWeek una actuación similar o ha preparado un recital especial?

Presentamos el mismo proyecto que en la Sala Turina: Firmamento. La composición instrumental y el repertorio es común, lo demás, veremos...

En realidad, no es nueva usted en estas lides. Ya participó en el Primavera Sound hace unos años. ¿Guarda buen recuerdo de aquella experiencia?

Fue una experiencia extraordinaria, muy emocionante. En aquella ocasión iba muy bien acompañada también, con mi admirado Refree (productor de El niño y Firmamento).

Ha sido también portada de un medio de referencia para la música independiente como Rockdelux. Igual hace unos años cuando ganó la Lámpara Minera no esperaba el reconocimiento desde estos sectores. ¿A qué cree que se debe?

He intentado siempre ser honesta con mi necesidad del momento. Amo la tradición y adoro aún más la idea de traerla al hoy. Buscarme sin prejuicios.

¿Qué les recomendaría a sus seguidores que no vienen del flamenco para que se adentren en la tradición?

Que asistan a algún recital en directo. En cualquier género es distinta la grabación al escenario, pero en el flamenco esta distancia es aún mayor. También recomendaría que se acerquen al flamenco a través de artistas-puente como Enrique Morente o Rocío Molina.

Hablemos de 'Firmamento'. Una de las cosas que más llama la atención es que todas las letras vengan firmadas por mujeres, de Santa Teresa a Christina Rosenvinge. ¿Fue algo que estableció para el disco desde que empezó a trabajar en él? ¿Hay una intención feminista en buscar esta mirada unificada?

Hay una necesidad personal de compensar el resto de energía masculina existente en la producción e instrumentación. También es cierto que en este momento me es más fácil poner en mi boca palabras de mujeres. Isabel Escudero, Christina Rosenvinge, María Salgado o Santa Teresa son mujeres que admiro y con las que me identifico.

Mi favorita es 'Si yo me duelo', un cante por caracoles con letra de Isabel Escudero (escritora extremeña fallecida este año). Empieza siguiendo la tradición del palo, hablando de los andaluces en Madrid, pero después gira hacia la actualidad y la tragedia de los refugiados que no acogemos en Europa. ¿Buscaron algún tipo de paradoja en ese “viaje en el tiempo” que hay en la canción?

Pedro G. Romero (artista plástico que colabora con Márquez) y yo le planteamos a Isabel la idea de tratar un tema típico de este cante: la inmigración, pero actualizándolo y encarnándolo en los refugiados sirios. Ella, que siempre tuvo un posicionamiento tan social, ya tenía fragmentos referentes a ello y los usó para completar esta magnífica letra.

'Voces' también es muy llamativa por lo que se antoja como intencionalidad política en la letra (“y la casa sin barrer, antes malo conocido que bueno por conocer¨), obra suya en este caso. ¿La podríamos definir como las “alegrías del cambio”?

Me gusta ese nombre, te lo cojo prestado. (Sonríe con complicidad). 

El misterio de las nombradas y del resto de las letras se combina con un acompañamiento musical vanguardista, aunque usted no deje de interpretar cantes tradicionales sobre esa música. Es un ejercicio de fusión bastante extremo. ¿Podría haber grabado este disco con un acompañamiento flamenco convencional?

Podría, de hecho algunos temas del disco los hago a veces sólo con guitarra flamenca, pero resulta otra cosa diferente. La producción de Raül Fernández Refree, la maravillosa musicalidad de Antonio Moreno, Juan Jiménez y Daniel B. Marente son los pilares fundamentales sobre los que se construye la personalidad de este Firmamento, de mi firmamento de hoy.

Veo en su agenda de actuaciones que combina las presentaciones de 'Firmamento' con recitales de flamenco tradicional y otros junto a Fahmi Alqhai. ¿Le resulta fácil mudar la piel para pasar de un tipo de recital a otro o preferiría estar trabajando solo con 'Firmamento'?

Amo poder combinar distintos proyectos, eso es lo que me hace encontrarle sentido a cada propuesta. Un pie en la tierra y otro en el espacio.

Veo que Diálogo de viejos y nuevos sones es el recital que más se repite en su agenda, incluyendo fechas muy próximas en Andalucía. ¿En qué consiste este espectáculo?

Es un encuentro musical entre las violas de Gamba de Fahmi Alqhai y Rami Alqhai, la percusión de Agustín Diassera y mi voz. Diálogos entre la música antigua, barroca y flamenca, sus gérmenes y consecuencias. Fue una idea de Cristobal Ortega, un proyecto creado para la última Bienal de Flamenco y premiado con el Giraldillo a la Innovación.

Recientemente ha obtenido matrícula de honor cum laude por su tesis doctoral sobre la técnica vocal en el flamenco. ¿Ha partido de su propia experiencia para este trabajo o lo ha aprovechado para seguir aprendiendo de sus maestros?

Ambas cosas, la tesis se sustentaba en tres pilares fundamentales: el análisis del sonido y los cambios fisiológicos observados en diversas resonancias, donde era yo misma el objeto de investigación, y el tercer vector que eran las entrevistas realizadas a numerosos compañeros entre los que se encuentran Esperanza Fernández, Estrella Morente o Arcángel. 

Una vez metida en el mundo académico, ¿le tentaría combinar su carrera artística con la docencia en la universidad?

No lo descarto, me atrae la idea, pero tengo claro que el escenario me hace muy feliz y en ningún caso sería una sustitución, solo un complemento.

Está claro que es usted polifacética y trabajadora. ¿Qué le queda a Rocío Márquez? ¿En qué anda que nos pueda sorprender?

Siempre tengo proyectos e ilusiones en la cabeza, aunque mi trabajo personal es disfrutar del hoy y que vaya viniendo la vida...