Medio en serio medio en broma, podría decirse que esta vez los socialistas andaluces no consiguieron no desobedecer a Ferraz. Esta retorcida manera de expresarlo refleja con bastante precisión lo sucedido este jueves en el Parlamento de Andalucía durante el debate y votación de la proposición no de ley (PNL) presentada por Ciudadanos en defensa del Estado de derecho y de la actuación del Gobierno y la justicia ante el desafío independentista del próximo domingo. La PNL salió adelante con los votos de PP, PSOE y Cs.

Al tratarse de la misma iniciativa que el partido de Albert Rivera presentó la semana pasada en el Congreso de los Diputados y que el PSOE votó en contra por no aceptar Ciudadanos sus enmiendas a favor de una salida dialogada al conflicto, para los socialistas andaluces suponía un problema el debate de esa proposición en el Parlamento autonómico.

Las dos razones

Y suponía un problema por dos razones: la primera, porque Ferraz había ordenado mediante una circular interna –bastante insólita y del todo innecesaria en opinión de muchos socialistas andaluces– no apoyar esa u otras iniciativas similares sin su autorización expresa; y la segunda, porque los de Susana Díaz no querían ser acusados de ir en contra del criterio marcado por la dirección federal pero tampoco votar en contra de una proposición que recogía bastante fielmente su propio pensamiento sobre el conflicto catalán.

Para salir ilesos del embrollo, los socialistas se emplearon a fondo en la negociación con Ciudadanos Andalucía y con Ferraz para la inclusión de enmiendas a la PNL original que contentaran a ambas partes. Y lo habían conseguido.

Entendimiento sustituye a diálogo

Tanto la dirección federal socialista como el líder andaluz de Cs, Juan Marín, habían aceptado que una salida airosa para todas las partes sería incluir dos enmiendas, presentadas no por escrito sino de viva voz cuando ya había comenzado el debate. Ambas enmiendas 'in voce' se sumarían a las dos presentadas con anterioridad por escrito y que a Ferraz le habían parecido insuficientes.

Una de las enmiendas 'in voce' sustituía el apoyo expreso al Gobierno por un apoyo genérico a "todas las instituciones del Estado" que están combatiendo el 1-O y la otra quedaba redactada así: “El Parlamento de Andalucía apuesta por el entendimiento institucional para la resolución de los problemas políticos una vez garantizado el cumplimiento estricto de la ley y el respeto a nuestro ordenamiento constitucional".

La aportación socialista sustituía, pues, la palabra ‘diálogo’, que Ciudadanos tiene obsesivamente vetada, por la expresión ‘entendimiento institucional’. Perfecto. Todos de acuerdo: Ferraz salvaba su cara porque ‘entendimiento institucional’ podía interpretarse como equivalente a ‘diálogo’, Ciudadanos salvaba la suya porque ‘entendimiento institucional’ también podía ser interpretado como 'menos' que diálogo y el PSOE andaluz salía ileso de la trampa en que lo habían metido unos y otros, eludiendo el indeseado 'choque de tranvías' con Pedro Sánchez.

Y en eso llegó Podemos

Sin embargo, a la hora de tramitar la enmienda milagrosa que sellaba la paz entre las partes, saltó la sorpresa que nadie esperaba. La sorpresa vino de la mano de Podemos: al tratarse de enmiendas ‘in voce’ cuya tramitación requiere reglamentariamente que todos los grupos estén de acuerdo, la negativa de cualquiera de ellos las dejaba fuera de la PNL que a aprobara finalmente.

Y eso es lo que hizo Podemos, negarse a aceptarlas, con lo cual ponía en serios aprietos a los socialistas andaluces: si votaban a favor de la proposición de Cs desobedecían a Ferraz y si votaban en contra se desobedecían a sí mismos. Optaron por lo primero, convencidos de que sus votantes no entenderían el rechazo a un texto con el que electores y elegidos socialistas están de acuerdo. El diputado de Podemos Moreno Yagüe justificó, por su parte, el bloqueo a la tramitación de las dos enmiendas 'in voce' en que, en sesiones anteriores, a su grupo los socialistas le habían hecho esa misma jugada en dos ocasiones.

La dirección federal habría preferido que sus compañeros del sur hubieran votado en contra de la iniciativa de Cs, pero no pueden reprocharles el no haber intentado un pacto que, inesperadamente, Podemos echó por tierra. En conversación privada con EL PLURAL, un destacado socialista se preguntaba con alguna sorna si, tras la conducta de Podemos en la Cámara andaluza, “Pedro Sánchez le va a echar la bronca a Pablo Iglesias”.

El enfado de Mario Jiménez

Mientras tanto, el portavoz parlamentario del PSOE-A, Mario Jiménez, defendía que los socialistas andaluces habían cumplido "escrupulosamente la circular" de la dirección federal del partido.

Jiménez lamentaba que, una vez que se había conseguido "algo muy difícil" como es "estar con el Estado de derecho e incorporar algunos elementos que habían sido valorados” por Ferraz, "de manera sorpresiva, un partido como Podemos que defiende que se vote en un referéndum ilegal impide que se vote en el Parlamento de Andalucía. Esa es la coherencia de Podemos: cero, ninguna".