Todos tuvieron buenas palabras pero ninguno fue mucho más allá de ellas. Disposición, toda. Compromisos, ninguno. No puede decirse que la ronda de conversaciones mantenida este lunes por la presidenta andaluza con los partidos de la oposición haya sido propiamente un fracaso, pero no se advierte mucho entusiasmo ni en la izquierda ni en la derecha para armar un frente común que defienda los intereses de Andalucía en la negociación del futuro modelo de financiación autonómica.

Ni siquiera Juan Marín, líder de Ciudadanos y socio parlamentario del PSOE, mostró gran entusiasmo ante las propuestas “razonables pero mejorables” de Susana Díaz.

Aun así, el vicepresidente andaluz, Manuel Jiménez Barrios, era optimista y opinaba que esta primera ronda de contactos ha sido "un buen punto de partida" porque los partidos se han mostrado dispuestos a “arrimar el hombro”.

Diagnóstico compartido

En general, todos los partidos comparten el diagnóstico del Gobierno andaluz de que la Comunidad está infrafinanciada: la liquidación de los sucesivos ejercicios así lo certifica, al igual que lo hicieron los expertos que analizaron el sistema y emitieron un dictamen que ahora el Gobierno central quiere someter a la consideración de una comisión de técnicos. En lo que en política suele denominarse ‘dar largas’.

La propuesta de Díaz

La propuesta de la presidenta es un decálogo que incluye la población como variable decisiva en la distribución de los recursos. La Consejería de Hacienda de la Junta cifra el déficit de financiación en cerca de 5.500 millones y calcula que el modelo actual deja fuera a 220.000 andaluces. Andalucía quiere que se evalúen y se nivelen todos los servicios públicos, que haya un criterio de actualización anual de las necesidades de gasto en los servicios públicos fundamentales y que se habilite un fondo de sostenibilidad que se cubriría con los excedentes de los años de bonanza, para "blindar" a la sanidad y la educación de los ciclos económicos.

El PP no dice ‘no’

Aunque el encuentro de Díaz y Moreno no fue del todo mal, los presagios no eran buenos. La secretaria general del PP-A, Loles López, reprochaba a Susana Díaz que solo "cuatro horas antes de reunirse con él para pedirle acuerdo y diálogo en materia de financiación autonómica, se ha descolgado atacándolo” en Canal Sur Radio. No iba desencaminaba López en su crítica.

Para el presidente del PP-A, Juanma Moreno, la presidenta tiene razón al reclamar una "mejor financiación", pero el futuro modelo se concretaría en una ley estatal, y para que esa ley estatal sea posible se precisa un pacto nacional entre PSOE y PP.

Moreno no desconoce que los socialistas tienen muchas dificultades para consensuar una posición común en esta materia, y además el ‘No es no’ con el que Pedro Sánchez ganó las primarias es una dificultad añadida para que el ‘nuevo PSOE’ llegue a acuerdos de calado con el PP. 

El líder del PP tampoco olvidada exhibir dos de los mantras de su estrategia de oposición: la Junta debe aprender a gestionar mejor y más eficientemente el gasto y debe bonificar con el 99 por –de hecho, suprimir– el impuesto de sucesiones.

Teresa Rodríguez, muy reticente

Más dura se mostró la coordinadora general de Podemos Andalucía, Teresa Rodríguez, que se apresuró a lanzar este dardo a la presidenta: "No puede pedir más dinero a Madrid mientras agujerea la hacienda andaluza", en alusión a la rebajas fiscales impuestas por Ciudadanos.

Aun así, Rodríguez valoraba positivamente la reunión y admitía que "hay que pensar en los intereses de Andalucía de aquí a diez años porque nos jugamos la garantía de servicios públicos fundamentales”.

En todo caso, el punto de vista de la formación morada es distinto al del PSOE, como explicaba Rodríguez con esta metáfora: "Es necesario no pelearse por los trozos de la tarta, sino que hay que evitar una batalla entre territorios por el reparto de migajas y para eso hay que ampliar la tarta”, es decir, hay que abordar una reforma fiscal progresiva que recaudar más dinero.

Antonio Maíllo, poco convencido

También se mostraba moderadamente discrepante el coordinador general de IULV-CA, Antonio Maíllo, recalcando que debe ser el Parlamento andaluz, y no la presidenta, quien lidere este debate.

En la misma línea que Teresa Rodríguez, Maíllo reprochaba al Gobierno andaluz que exija un sistema autonómico justo al mismo tiempo que "agujerea" el sistema fiscal andaluz "como un queso gruyere" a cuenta de los acuerdos que alcanza con Cs en este sentido.