Si en algún momento hubo sustracción de menores, parece obvio que dejó materialmente de haberla el pasado lunes cuando Juana Rivas entregó a sus hijos a su expareja como le había ordenado un mes antes. Sin embargo, la instrucción judicial por esa presunta sustracción sigue su curso.

Al filo de las diez de esta mañana llegaban a los juzgados de Granada el padre, la madre y dos hermanos de Juana, citados como investigadas por su presunta participación en dicho delito. Al igual que hiciera el día anterior la asesora jurídica y la psicóloga del Centro de la Mujer de Maracena, tras 45 minutos en los juzgados los padres y los dos hermanos de Juana Rivas se acogían a su derecho a no declarar en su comparecencia en el Juzgado de Instrucción 2 de Granada. El fiscal no ha pedido medidas cautelares contra ellos.

Ayer lo hicieron también la asesora jurídica del Centro Municipal de la Mujer de Maracena, Francisca Granados, y la psicóloga del mismo, Teresa Sanz, que, además de acogerse al secreto profesional negaron rotundamente haber inducido o haber sido partícipes necesarias en el presunto delito por el que se investiga a la madre de Maracena.

Rivas estuvo, como se sabe, cerca de un mes en paradero desconocido negándose a acatar la orden judicial de devolver al padre a sus hijos de tres y 11 años que ella se trajo a España desde el domicilio familiar en Italia.

Los dos niños ya están con su padre, condenado en 2009 por malos tratos a Juana, que en 2016 volvió a denunciarlo en España por malos tratos pero su denuncia no fue trasladada hasta un año después por las autoridades españolas a Italia, competente para investigarla. Además de esa denuncia, los tribunales transalpinos también tendrán que decidir sobre la custodia de los dos pequeños.