La cita era a las 10,00 horas en el Juzgado de Instrucción 2 de Granada, que se ha declarado hábil para este caso en el mes de agosto, y la pregunta era si Juana acudiría a ella. Pues bien: no lo ha hecho. La investigación judicial por la que había sido citada intenta esclarecer si ha podido cometer los delitos de desobediencia a la autoridad judicial, sustracción interparental de menores y violencia psicológica habitual contra los hijos.

Es lo que sostiene su expareja, Francesco Arcuri, que reclama que Rivas devuelva a sus hijos al domicilio familiar en Italia; como no lo hizo y sigue en paradero desconocido, Arcuri pidió medidas cautelares, entre ellas una orden de búsqueda internacional, que el juez denegó. Rivas sigue, pues, por ahora en paradero desconocido.

Violencia, reconciliación, violencia

También había sido citado esta mañana (y ha acudido puntualmente) su expareja y padre de los dos niños, condenado en 2009 por un delito de lesiones en el ámbito familiar. Tras aquella condena la pareja se reconcilió y volvió a tener un segundo hijo, aunque la relación volvería deteriorarse y Juana ha vuelto a acusar a Arcuri de malos tratos.

En principio, la razón judicial sobre los hijos sería favorable a la expareja de Rivas, cuyos derechos protege el Convenio de La Haya de 1980 suscrito por España y que regula los casos de posible sustracción internacional de menores.

La localidad granadina de Maracena apoya a Juana, al igual que lo han hecho las autoridades locales, la Junta de Andalucía y hasta el presidente del Gobierno.