Justo después de las primarias de su partido, tres días después, el miércoles 24 de mayo, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, celebró un encuentro informativo –briefing- con algunos medios de comunicación. El equipo de Díaz dejó fuera del acto a, al menos, seis medios: ABC, La Razón, Correo de Andalucía, Viva Andalucía (Perteneciente a Publicaciones del Sur), El Independiente y agencias, EFE y Europa Press. También a otro medio más, que ha pedido anonimato. Ninguno publicó nada al respecto. Aquella reunión entre algunos periodistas y la presidenta del Gobierno andaluz tuvo lugar sin más polémica que las quejas de los periodistas excluidos, en privado. Nadie, por ejemplo, publicó algo así como que “la presidenta Díaz pone en peligro la libertad de información”.

Unas semanas después, el lunes 19 de junio, conocemos a través de varios medios, que se definen como “vetados”, que  Podemos organiza un acto similar con la prensa, y tampoco invita a todos los periodistas. En esta ocasión hasta uno de esos medios, El País, dedica hoy su editorial a tal hecho, afirmando que “el veto de Podemos a varios medios se opone a las regalas de la democracia”.

¿Se opuso Susana Díaz, haciendo lo mismo, a las reglas de la democracia? ¿Por qué nadie se lo recriminó como sí lo hacen con Podemos?

Especialmente me preocupa, para la calidad democrática, el caso referente al encuentro entre prensa y presidenta de la Junta de Andalucía. ¿Por qué en este caso los medios de comunicación no invitados decidieron guardar silencio?¿Por qué no informaron a la opinión pública de ese “veto” que sufrieron sus medios, garante de la calidad democrática?

También la autocensura de las empresas periodísticas, por motivos económicos u otros, pone en peligro ese papel de salvaguarda de la democracia que debe ser el Periodismo. A diferencia de Podemos, el Gobierno andaluz sí es un buen cliente para muchos medios de comunicación. Por ejemplo, del Grupo Prisa, dueño del País. Antonio Caño, director con el que se extinguió El País Andalucía, recibió una medalla de Andalucía.

Hasta ahora, se daba por hecho, y como normal, que cada partido invitaba a este tipo de actos a los medios que quería. Al igual que se da por hecho que ningún partido puede vetar a un medio de comunicación en una rueda de prensa. Ahora el nivel ha subido, una vez que se le ha exigido más a un partido político. ¿O es que las normas, no son iguales para todos? Pues no, no lo son. Porque cuando además de partido político o institución, eres cliente, se te trata, precisamente, como a un cliente. Incluso hasta como a un buen cliente.

Creo que un desayuno informativo o encuentro con la prensa, todo lo que vaya más allá de un cara a cara entre un medio y un partido, debe de incluir invitación a todos los medios de comunicación. A todos, aunque solo sea por ahorrarse una polémica innecesaria.  Al igual que pienso que todos los medios deben dar un trato similar a todos los partidos. Solo así se es guardián, aunque solo sea, del propio Periodismo. De ese periodismo que no se casa con nadie y pelea contra los poderosos. 

(*) Francisco Artacho forma parte del equipo de comunicación y prensa de Podemos Andalucía: antes ha pasado por las redacciones de El Correo de Andalucía, Cadena Ser, Viva Sevilla, Público, andalucesdiario.es, Radio Barbate, Agencia EFE, La Marea y en el periódico de su pueblo, BEIN.