El peculiar sistema de primarias aprobado por el PP en su congreso nacional, muy alejado de aquel ‘un militante, un voto’ que defendió sin mucha convicción la presidenta madrileña Cristina Cifuentes, pone las cosas muy difíciles a los candidatos no oficialistas.

Es lo que acaba de ocurrir en Granada, donde al crítico Juan García Montero –que denunció amenazas del entorno de Sebastián Pérez– no le ha servido de nada rozar el 30 por ciento de los votos. Pérez será el único candidato a la Presidencia del PP de Granada, en este caso para reeditar mandato.

Enfrentamiento personal

Enfrentado no solo políticamente sino también personalmente a Montero, Pérez ha sumado el 70 por ciento de los votos de los afiliados que han ejercido su derecho en el primer proceso de votación que tenía lugar este lunes dentro del XIV proceso congresual para elegir a los compromisarios y los precandidatos, en este caso solo uno, que asistirán al Congreso el próximo 20 de mayo.

El resultado de la votación fue este: el actual presidente 3.850 votos (70 por ciento); el precandidato Juan García Montero el 28 por ciento y 1.545 votos y la precandidata y presidenta del PP de Peligros, Mamen Castillo, 146 votos.

Juan García Montero es un hombre muy próximo al exalcalde popular José Torres Hurtado, a su vez adversario personal y político de Sebastián Pérez, quien aspiraba a sustituirlo en la Alcadía tras su dimisión por la imputación en un caso de corrupción urbanística 

El sistema de elección

Según los Estatutos aprobados en el último congreso, la elección del presidente se hace en dos vueltas. En la primera pueden votar los militantes que previamente se hayan inscrito, aunque suelen ser pocos (5.540 afiliados lo han hecho en Granada). En una primera votación –la que tuvo lugar ayer en Granada– los afiliados inscritos votan al presidente en una urna y a los compromisarios que acudirán al congreso. La segunda vuelta para elegir al presidente es votando en el propio cónclave.

En teoría, los candidatos que logren el apoyo del 10% de los afiliados pasan a la segunda vuelta, pero un mecanismo correctivo deja en agua de borrajas ese accesible porcentaje: si alguno de los candidatos que concurre a la primera vuelta suma más del 50% de los votos, el 50% de apoyo en 30 circunscripciones o bien se da una diferencia de 15 puntos entre los distintos aspirantes, ese será automáticamente el único que se someterá al voto posterior de los compromisarios. Es lo que ocurrió ayer en Granada.