Los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas han dado abundante munición a los candidatos a las disputadas primarias del PSOE. Aunque a unos más que a otros: a Susana Díaz y a Patxi López más que a Pedro Sánchez, cuyo flamante izquierdismo se asocia al que dio la victoria en las primarias francesas al ahora derrotado en las presidenciales Benoît Hamon. Los tres candidatos de la primarias socialistas hicieron ayer campaña en Andalucía.

Contra el radicalismo

Quien con más fruición ha hecho uso de los resultados de Francia, y muy en particular del hundimiento del Partido Socialista Francés, ha sido el equipo de la candidata andaluza, Susana Díaz, con esta idea central: "Deberíamos haber aprendido ya que cuando se toman posiciones radicales, la gente nos castiga, alejándose de nosotros".

Estas palabras de Díaz iban en la misma línea de las pronunciadas también ayer por el número dos de los socialistas andaluces, Juan Cornejo (“Cuando los socialistas se acercan a iniciativas nacionalistas o al populismo, la gran mayoría de los ciudadanos les retira su confianza") o el alcalde de Vigo y apoyo de primera hora de Díaz, Abel Caballero ("Meternos en la izquierda antisistema es un error").

Contra la división

En la misma línea pero con matices propios, el diputado vasco y aspirante a la Secretaría General del PSOE, Patxi López, señalaba –en alusión al candidato socialista y ganador de las primarias del PSF Benoît Hamon– que apostar por una " izquierda pura, de pancarta, pero no con los pies en el suelo" explica "el peor resultado de la historia" de los socialistas franceses.

Pero también añadía López, arrimando el ascua a su sardina: "Tenemos la obligación de unir al PSOE porque en un partido dividido da igual quien gane las primarias porque perderemos; en un partido en el que sigamos chillándonos entre nosotros, no nos va a escuchar nadie fuera".

¿Contra la derecha?

Más elusivo se mostró Pedro Sánchez, consciente tal vez de que las legislativas francesas son un jardín en el que conviene meterse lo menos posible. ”Si la socialdemocracia se desdibuja, los votantes nos abandonan. Solo desde la izquierda y con credibilidad seremos alternativa a la derecha”, señalaba ayer en su cuenta de Twitter el ex secretario general.

No obstante, 24 horas antes había publicado este tuit: “El futuro de Europa está en juego. Aunque no nos guste su proyecto, deseo que Francia apoye a Macron”. Ciertamente, aunque pudiera sentirse ideológicamente más cercano de Hamon, la segura derrota de este desaconsejaba que Sánchez le mostrara su simpatía. Y tampoco podía mostrársela, por razones obvias, al ‘Podemos francés’ de Jean-Luc Mélenchon.

Un dato llamativo del apoyo de Sánchez al centrista Emmanuel Macron es que su justificación –equivalente a un ejercicio de realismo– recuerda a la de los socialistas españoles al inclinarse por la abstención ante la investidura de Mariano Rajoy.