Que hay ciertos avances recientes en la Iglesia española es cierto. Que son tímidos cambios también. Que el papado de Francisco está obligando a cambiar posturas inmovilistas es un hecho incuestionable pero también es indudable que determinados actores de la jerarquía de la Iglesia católica española sirven de resistencia al cambio. Instalados en sus propios búnkeres particulares se oponen radicalmente a los cambios y cada determinado tiempo sirven a esta estrategia con acciones y declaraciones del más puro inmovilismo recalcitrante. 

Medalla de oro como ultramoralista
En la cúspide de este podium retrógrado está encumbrado, por méritos propios , el polémico y ultramoralista obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, azote de los gays, ecologistas, defensor de la esencia crisitiana de la Mezquita y enfrentado a instituciones y partidos por sus habituales salidas de tono. A su homofibia declarada y miliante une Fernández su ambición desmedida por estar presente en los medios con controversias políticas, declaraciones contra la igualdad de la mujer, contra el mundo homosexual y afirmaciones que cuestionan decisiones del papa Francisco. 

Catastrazo en la Mezquita
Se recuerda como la "última de Demetrio" la decisión de hacer caja a costa de la Mezquita de Córdoba con una subida en su entrada en vigor en pocos días, de un 20 por ciento en sus coste. Dos euros del tirón, de 8 euros a 10. la ha convertido en la catedral más cara en su acceso de toda Andalucía. Un lujo para toda una familia modesta que quiera visitar el templo. Un monumento Patrimonio de la Humanidad convertido en el chollo del Obispo y de la Iglesia al ser inmatriculado gracias a Aznar por solo 30 euros. Una Mezquita-Catedral en la que Fernández y el merchadising ponen el acento en Iglesia Catedral católica olvidando sus orígenes y arquitectura.

Enfrentado a Susana Díaz
Una polémica que creó mensajes "afilados entre la presidenta de la Junta, Susna Díaz, y el propio Obispo. Mientras que la socialista recordaba al prelado que "nadie puede obviar el carácter de mezquita y su titularidad pública", El ultramontano representante católico contestaba que "la catedral nuenca estará mejor llevada que por su propietaria", la Iglesia, claro. Fernández fue también protagonista de la diatriba religiosa al negarle la confirmación a un joven transexual declarado católico además.

"Bomba atómica" la idelogía de género
Y recién pasada la Navidad conviene recordar el "mensaje" de fin de año de 2015 protagonizado por el ínclito purpurado. "Cuanto más varón, mejor para la casa", dijo sin empacho Demetrio Fernández. A ello añadió que la "mujer del calor al hogar, acogida y ternuara. También ilustró el discurso expresando que "los hijos nacen del abrazo amoroso, nunca del aquelarre químico de laboratorio". Estas afirmaciones y otras de este signo le valieron los intentos ciudadanos por sentarlo en el banquillo acusado de delito de odio. Tal fue la repercusión de sus afirmaciones frentistas que Fiscalía llegó a abrir diligencias por la denuncia de un ciudadano contra sus hostiles declaraciones en las que llegó a denominar como "bomba atómica" la idelogía de género. Ganemos Córdoba (partido instrumental de Podemos en el Ayuntamiento de la capital) pidió por ello también que actuase Fiscalía por incitación al odio del Obispo.

Plan Unesco para "hacer a la población homosexual"
El record de declaraciones ultramoralistas lo ostenta monseñor Fernández desde que asegurase que la Unesco había concebido un plan para "hacer que la mitad de la población mundial sea homosexual". Un año después se superó asi mismo tras equipar el aborto y el asesinato en Córdoba de los pequeños Ruth y José, a los que su padre mató y luego incineró para vengarse de la madre de los niños. También llevaron repaso los mediomabientalistas. Para Fernández "no se puede ser ecologista y ser partidario del aborto". Lo dicho, un obsipo en su búnker ultra. ¿Continuará en su puesto privilegiado en 2017 impasible a los cambios que se producen en el seno de la Iglesia?