Uno de los trámites más estresantes a los que nos enfrentamos en la búsqueda de nuestro nuevo hogar es la solicitud de una hipoteca. Los numerosos trámites y la incertidumbre respecto a si somos o no candidatos adecuados suman tensión a este proceso.
Para lograr culminar el proceso con éxito, es obligado que cumplamos con los requisitos que marcan las entidades bancarias, que nos convierten en aptos para que se nos conceda una hipoteca.
¿Cuál debe ser nuestro salario para obtener una hipoteca?
Según indican los expertos, el candidato ideal es aquel que percibe un salario superior a los 2.500 euros netos mensuales. Sin embargo, este perfil no es el más frecuente, y por tanto los bancos deben adaptarse, considerando candidatos aceptables a aquellas unidades familiares que tengan unos ingresos en conjunto que se encuentren entre los 40.000 y los 60.000 euros brutos anuales.
La decisión final se tomará valorando el riesgo del perfil, mediante análisis de riesgos con un equipo interno del propio banco. Hay que tener en cuenta que todos estos factores que hemos visto, son una serie de criterios base que el banco va a utilizar para apoyarse en su decisión final, no siendo estos decisivos pero si un punto a tener en consideración con un gran peso.
Otros requisitos laborales
La cuantía del salario no es el único factor a tener en cuenta, otro factor clave es la estabilidad laboral: los candidatos deben tener un contrato indefinido si trabajan por cuenta ajena, y en caso de ser autónomos, tendrán que acreditar que sus ingresos se mantienen de forma estable.
Este factor puede resultar determinante a la hora de decidir si se concede o no el préstamo hipotecario al interesado. Además, los funcionarios o trabajadores del sector público suelen contar con ventajas en este aspecto a la hora de solicitar sus hipotecas, ya que su puesto de trabajo garantizado es valorado muy positivamente por los bancos, quienes les conceden incluso condiciones especialmente ventajosas.
Es por ello, que siempre se recomienda que el solicitante este libre de deudas aun que sean microcréditos, ya que un buen historial de crédito es otro factor favorable mientras que tener esos préstamos o deudas en activo son factores negativos para la solicitud de nuestras hipotecas.
¿Se consideran más factores?
Además del salario neto y el tipo de contrato de trabajo, los bancos consideran a la hora de aprobar las solicitudes:
- Capacidad de endeudamiento: la cuota mensual que resulte de la hipoteca solicitada no podrá superar el 30 – 35% de los ingresos netos mensuales del solicitante (o de la unidad familiar). Es decir, si una persona cobra 1.200€ netos al mes, la capacidad máxima de endeudamiento de este perfil será de 400 – 420€, por eso mismo en muchas ocasiones es recomendable unir fuerzas para lograr la hipoteca deseada.
- Otros préstamos o financiaciones: se analiza si existen, de manera concurrente, otros pagos financiados, como por ejemplo estar pagando un coche o un préstamo personal. Todo esto aumenta la cantidad de deuda que acumula el candidato.
- Ahorros o garantías adicionales, como avales. Estos factores tranquilizan al banco, ya que en caso de no poder pagar las cuotas de la hipoteca, podremos responder de ellas con estos bienes personales.
Los expertos recomiendan que, antes de emprender el camino de solicitud de una hipoteca, mejoremos nuestras finanzas personales, por ejemplo liquidando pequeñas deudas o pagos a plazos que tengamos vigentes, o ahorrar una pequeña cantidad que sirva de “colchón”. Esto ayudará a transmitir confianza a la entidad bancaria y nos hará ver como mejores candidatos para obtener el préstamo, y podremos negociar mejores condiciones de interés y plazos de devolución.