El yoga ha sido a lo largo de los años uno de los ejercicios más recomendados por expertos y aficionados para mantener un correcto estado de salud que nos permita compatibilizar la vida diaria con esfuerzos moderados sin tener nunca ningún problema de articulaciones.
Cumplir años no tiene por qué significar renunciar a la calidad de vida. Las principales claves para un envejecimiento saludable son conservar la autonomía, prevenir la aparición de enfermedades y cuidar el bienestar emocional.
Mantenerse activo a partir de los 60 años es esencial para cuidar la salud de los huesos y articulaciones.
Numerosos estudios demuestran que el ejercicio físico regular en la tercera edad ayuda a prevenir la pérdida de masa muscular (conocida como sarcopenia), la rigidez articular y la pérdida de densidad ósea.
Pese a todo, muchas personas mayores desconocen cual es el ejercicio más adecuado para su edad o circunstancias.
Yoga o Tai Chi
En los últimos años, el Tai Chi ha demostrado ser el ejercicio ideal para aquellas personas en la tercera edad que quieren cuidar de su movilidad y su salud general.
Esta disciplina de origen chino combina movimientos lentos y controlados – que activan todas las partes del cuerpo – con ejercicios de respiración y concentración que mejoran el equilibrio y tienen beneficios en la salud mental, llegando a considerarse una forma de meditación en movimiento.
Otra de las ventajas de esta disciplina es que puede practicarse en espacios cerrados o al aire libre, y generalmente se realiza en grupo, fomentando la vida social.
El Tai Chi es un ejercicio de bajo impacto, ideal para aquellas personas que necesiten cuidar la salud articular, realizando un trabajo constante y controlado. En este deporte se desplaza el peso de una pierna a otra con suavidad, permitiéndonos trabajarlas de manera independiente, y fortaleciendo especialmente cuádriceps, glúteos y gemelos,
Estos movimientos mejoran la propiocepción y el equilibrio, disminuyendo así el riesgo de caídas y fracturas.
Se consigue además mejor movilidad y flexibilidad, disminuyendo la rigidez de las extremidades, que puede dificultar gestos tan esenciales como levantarse de una silla.
Los ejercicios más habituales que se realizan en esta práctica son:
- Flexiones y extensiones: se realizan de pie, de manera lenta, activando la musculatura. Estos ejercicios isométricos generan un trabajo profundo en los músculos, sobre todo en cuádriceps y glúteos.
- Cambios de peso: pivotando el peso de una pierna a la otra se mejora el equilibrio y la consciencia de la posición de las extremidades.
- Giros de las piernas y los tobillos: movimientos en redondo de las caderas y los tobillos, sin forzar, mejoran la movilidad de las articulaciones, beneficiando por ejemplo a pacientes con artrosis.
Además de estos beneficios, el Tai Chi ayuda con la relajación y disminución del estrés, al poner el foco en la respiración profunda y pausada.
Para practicar Tai Chi no se requiere de una buena forma física previa, es accesible para todo el mundo.
Para iniciarse en esta disciplina, lo recomendado es buscar un instructor que entienda las necesidades propias de la edad de cada persona.
Es importante comenzar poco a poco, aumentando la intensidad a un ritmo que nos permita ir mejorando la capacidad y evitar lesiones, y siempre consultar con nuestro médico, especialmente si tenemos lesiones o patologías.
El Yoga pasa a un segundo plano
Debido a la popularización de otros tipos de ejercicios como el Tai Chí, hemos podido observar como en los últimos años este tipo de ejercicio ha dejado de ser el favorito en nuestros gimnasios o salas de entrenamiento para dar paso a nuevas disciplinas que se abren paso entre los más aficionados al yoga para explorar nuevos horizontes que les permitan mantenerse siempre en forma sin grandes requisitos de tiempo o esfuerzos innecesarios.