El hígado (graso) es un órgano de enorme importancia, que realiza multitud de funciones esenciales para el cuerpo humano, como son el filtrado de sustancias tóxicas para el organismo, la síntesis de proteínas, la producción de bilis (esencial para una correcta digestión), el almacenamiento de nutrientes y la regulación del colesterol en sangre, entre muchas otras.
Nuestros hábitos diarios pueden tener un gran impacto en la salud hepática, especialmente aquellos relacionados con nuestra dieta.
Existen ya numerosos estudios que demuestran el impacto (tanto positivo como negativo) que determinados alimentos tienen sobre el hígado, especialmente sobre la función de filtración y contribuyendo a prevenir enfermedades como la cirrosis hepática o el hígado graso, causado por la acumulación de lípidos dentro de las células del hígado.
El té verde
Su alto contenido en polifenoles se ha relacionado con numerosos beneficios para la salud. Recientemente se ha publicado en el Journal of Clinical and Experimental Medicine un estudio que encuentra ciertas asociaciones entre su consumo y la protección frente a determinados tipos de cáncer y patologías hepáticas. Este metaanálisis encuentra en el té verde evidencias que sugieren una potencial capacidad de reducción del riesgo de desarrollar hepatitis, hígado graso (o esteatosis hepática, según el término médico) o algunos tipos de cáncer de hígado como el carcinoma hepatocelular.
El mismo estudio incluye también entre los beneficios del té verde propiedades antioxidantes, y efectos positivos en la función cerebral y en la capacidad cognitiva.
Paradójicamente, un exceso en el consumo de té verde puede tener efectos negativos sobre la salud del hígado, alterando los niveles de enzimas hepáticas, por lo que debe tomarse con moderación.
Zumo de remolacha
Esta hortaliza, que puede consumirse cruda en ensalada o licuada en zumos, posee gran poder antiinflamatorio gracias a compuestos como la vitamina C, además tiene altos niveles de betalaina, responsable de su llamativo color morado y conocida por sus propiedades antioxidantes y que contribuyen a la formación de bilis (compuesto esencial para una adecuada digestión de los alimentos).
Numerosas investigaciones señalan a la potencial capacidad antitumoral de este alimento, y a su papel en la prevención de enfermedades, teniendo beneficios tanto a nivel hepático (mejorando la eliminación de toxinas) como de disminución de la presión sanguínea, mejora del sistema inmunitario o de la función cerebral.
Café y salud hepática
La British Liver Trust una organización británica centrada en la investigación y salud hepática – apunta que beber café puede reducir el riesgo de desarrollar cirrosis, y tener efecto protector frente al desarrollo de cáncer y de fibrosis en el hígado. Las investigaciones parecen indicar que el consumo de café puede incluso, en algunos pacientes, ralentizar la progresión de enfermedades ya existentes en el hígado.
No deben superarse las 3 – 4 tazas diarias, un consumo excesivo podría ser perjudicial para la salud.
Otros alimentos recomendados
Además de estos tres interesantes alimentos, hay una gran variedad de opciones saludables de comida que ayudan a mantener la salud y a prevenir la aparición de hígado graso, especialmente aquellos que se incluyen en la dieta mediterránea: pescados, verduras, aceite de oliva, legumbres…
La avena es rica en beta-glucanos, un polisacárido con acción antiinflamatoria y que contribuye a disminuir el acumulo de grasas en el hígado.
La fruta, especialmente aquellas ácidas como pueden ser el pomelo o los frutos rojos, contienen gran cantidad de agentes antioxidantes, que protegen a los hepatocitos (las células del hígado) del daño producido por las reacciones de oxidación.
Los ácidos grasos omega 3, presentes en pescado y frutos secos, poseen gran poder antiinflamatorio, y previenen la acumulación de grasa en el hígado, promoviendo reacciones que la consumen en lugar de almacenarla.
Prevención y hábitos perjudiciales
Además de incluir en nuestra dieta alimentos saludables, y de incorporar a nuestra rutina hábitos como el ejercicio, es fundamental conocer aquellos alimentos y bebidas que debemos evitar (o consumir con moderación).
Entre los grandes enemigos de la salud del hígado se encuentran las bebidas alcohólicas, las grasas saturadas y los azúcares añadidos presentes en la comida basura y ultra procesados.
Siempre es aconsejable consultar con un médico o nutricionista si estamos buscando mejorar nuestros hábitos alimenticios o si nos preocupa el desarrollo de alguna enfermedad.