Los restaurantes estilo buffet libre han ganado popularidad en los últimos años, y aumentando en variedad las opciones de comida que ofrecen: buffets libres de pasta, de pizza, de comida mexicana, de dulces… pero los buffet libres por excelencia son los de comida china.
Estos restaurantes se destacan por su oferta de comida abundante y variada, a un precio para todos los bolsillos, en los que el formato consiste en un precio cerrado a cambio de comer todo lo que el cliente quiera.
A priori, se espera que los comensales hagan un consumo razonable de los productos, sin embargo, los propietarios de estos negocios deben enfrentarse en ocasiones a clientes que abusan de las condiciones.
Los retos de la rentabilidad: clientes derrochadores
Tras tanta abundancia de comida y platos, se esconde un auténtico reto para los propietarios de estos negocios, no es fácil lograr el equilibrio y la rentabilidad.
En una entrevista realizada al propietario de uno de estos restaurantes, Jiale Pan, denunciaba que algunos clientes derrochan y malgastan la comida, sirviéndose cantidades exageradas que no serán consumidas y que irán directas a la basura, reduciendo radicalmente el margen de beneficio – además de las implicaciones éticas obvias de desperdiciar alimentos.
Relataba además que este perfil de cliente se centra especialmente en los productos más caros del restaurante, a saber carne, pescado, marisco o sushi, a diferencia del cliente estándar que prefiere platos de arroz, fideos o alimentos fritos.
Las tácticas de los restaurantes de buffet libre
En respuesta a este perfil de cliente, y para tratar de proteger sus márgenes, los restaurantes buffet libre tienen ciertos “trucos”. Según contaba Jiale Pan, algunas de estas estrategias son:
- Bebida no incluida: los formatos de buffet libre incluyen solo la comida en su tarifa plana, las bebidas deben pagarse aparte. Además, por el tipo de comida que ofrecen (con salsa de soja abundante en sal, arroz…) los comensales tienden a consumir más bebidas de lo normal, al ser alimentos que despiertan la sed.
- Reposición más frecuente de los platos más económicos, con cantidades grandes, colocándolos en las zonas más accesibles y visibles del buffet.
- Reducir la rotación de los alimentos más caros, especialmente del marisco.
- Oferta de alimentos variados: es llamativo que estos buffets asiáticos incluyan además en su oferta platos como patatas fritas o croquetas. De nuevo, estos productos tienen un precio muy bajo y sacian enseguida al cliente, consiguiendo con esto un menor consumo en cuanto a cantidad de los otros platos.
La clave de la viabilidad de estos restaurantes se encuentra, por tanto, en el equilibrio. Afortunadamente para los propietarios, el perfil de cliente derrochador y cuyo objetivo es “salir ganando” respecto a lo pagado no es el más habitual, y se compensa por una mayoría de clientes razonables y que consumen los platos de manera responsable.
Les invitamos a una reflexión final, ¿el objetivo en estos restaurantes es disfrutar de la comida o hartarse de ella?