Los accidentes provocados por el consumo del alcohol siguen siendo una de las primeras causas de muerte en carretera en España.
Por este motivo, la Dirección General de Tráfico (DGT) junto al Ministerio de Interior, han presentado un estudio bajo el título “Recomendaciones para la reducción de la incidencia en el consumo de alcohol sobre la siniestralidad a partir del estudio de la situación actual, el análisis comparado de políticas europeas y el conocimiento existente sobre el impacto de diferentes alternativas”, este informe se ha elaborado con el objetivo de determinar si es procedente disminuir la tasa legal de alcohol al volante.
La reducción de la tasa: una necesidad moral
El informe fue presentado por el director general de tráfico, Pere Navarro, que apoyaba la necesidad de la realización del informe con un sentir compartido por diversos organismos, tanto públicos como privados, que abogan por la reducción de la tasa incluso hasta el 0,0.
Se solicita la redacción de dicho informe para apoyar la propuesta de reducción con datos objetivos.
En sus declaraciones, Pere Navarro alegaba que además de ser una medida legal, esta iniciativa era un compromiso moral con aquellos que han perdido la vida en las carreteras y sus seres queridos.
Los alarmantes datos del estudio
Tras la publicación de este informe, realizado por el Instituto Universitario de Investigación en Tráfico y Seguridad Vial (INTRAS) de la Universidad de Valencia, los datos no pueden ser ignorados.
Entre el año 2018 y el 2022, se registraron en España un total de 467.117 siniestros con víctimas en carretera, de estos accidentes, 18.727 estuvieron directamente relacionados con el consumo de alcohol de alguno de los implicados, lo que supone un aumento del 20,3% respecto a los años anteriores.
Queda patente también que la influencia del alcohol en los accidentes afecta tanto al número de víctimas mortales como a la gravedad de los siniestros.
Estos datos no afectan solo a conductores: cada vez más víctimas de atropello en vías urbanas presentan niveles elevados de alcohol en sangre o dan positivo a alguna droga.
Conclusiones de la DGT
El informe concluye con la propuesta prioritaria de la reducción de la tasa máxima de alcohol permitida para todos los conductores, reduciéndola hasta 0,1 mg/L de aire espirado. Esta recomendación coincide con la de la Organización Mundial de la Salud, la Unión Europea y otros organismos oficiales.
Se añaden a esta propuesta otras acciones complementarias, como serían:
- Aumento del número de controles de alcoholemia en zonas urbanas. De manera aleatoria, evitando así la previsibilidad de los mismos y que puedan ser evitados por los conductores que los conocen.
- Complementar, de manera habitual, los controles de alcoholemia con controles de consumo de drogas.
- Reformas legales que impliquen sanciones más severas, con objetivo disuasorio del consumo.
- Refuerzo de campañas de concienciación ciudadana, incluyendo acciones tempranas en educación vial infantil.
Cuando se trata del consumo de alcohol al volante, el mensaje es simple: la tasa más segura es 0,0. La ciudadanía, cada vez más concienciada, debe considerar que sus decisiones cuando van a conducir un vehículo no les afectan solamente a ellos como individuos, si no que pueden verse envueltos otros conductores o transeúntes, por tanto la decisión más prudente y responsable es, simplemente, no beber alcohol si se va a conducir.