De todas las ideologías absurdas que la Humanidad ha visto, quizá la mayor de todas sea el racismo. Más que nada porque ninguna de sus bases, si es que se pueden llamar así, se sostiene a la luz de más mínimo rasgo científico. Sobre todo porque cada vez está más claro que todos los humanos procedemos de la raza negra.

El blanco era negro

Y cuanto más avanzan las investigaciones, más claro queda. Durante mucho tiempo se ha presumido que los humanos que llegaron a Europa eran blancos, o al menos de tez más pálida, pero ahora parece claro que no fue así.
[Ver: ADN contra el racismo]
Investigadores británicos han realizado un estudio sobre los restos del hombre de Cheddar, un esqueleto relativamente bien conservado encontrado en Reino Unido, los vestigios más antiguos hallados en el país. En concreto, el hombre de Cheddar vivió en las islas hace más de 10.000 años.
Hasta ahora se creía que este individuo era de tez blanca. Sin embargo, el nuevo análisis concluye que era de piel negra con un rostro también más propio del origen africano.
El único rasgo que se puede asociar a los europeos actuales eran sus ojos azules.  
[Ver: Nuestras bacterias intestinales tienen más de 15 millones de años]

Cuestión de exposición al Sol

Los responsables del equipo investigador, de la Universidad de Londres, aseguran que la piel clara de los europeos modernos es mucho más reciente de lo que se pensaba. La piel oscura era una adaptación evolutiva esencial para minimizar el impacto de los rayos infrarrojos solares sobre la piel. A medida que los humanos se excedieron hacia el norte, la necesidad de protección se hizo menor. Por el contrario, con menos exposición solar era necesario una piel más clara, capaz de captar más rayos solares con el fin de sintetizar la vitamina D. Hasta ahora se pensaba que este proceso se produjo hace más de 25.000 años. Pero ahora parece que toda la Humanidad fue negra hasta mucho más tarde.  

Leer ahora: 

Una huella en Grecia que puede cambiar las teorías de la evolución