Comienzan los fenómenos astronómicos de 2018. Y el primero no puede tener un nombre una naturaleza más sugerente. Para final de mes se espera una Luna de sangre súper azul. Ahí es nada. Sin duda esto merece una explicación.

En América del Norte y Asia

El 31 de enero se podrá ver un eclipse que se denomina con ese ampuloso nombre. La semiocultación de la Luna hará que podamos ver el astro con unos tonos rojizos rodeada de un cielo anormalmente azul. En oeste de America del Norte y prácticamente hasta la costa Asiática del Pacífico, será dónde mejor se podrá observar este efecto. No será un eclipse tal y como lo conocemos, el en que la Luna se oculte completamente.
Debido al plano inclinado en el que gira la Tierra alrededor del Sol, en ocasiones nuestro planeta le tapa la luz que llega hasta el satélite desde la estrella.
[Ver: ¿Qué ocurriría si desapareciera la Luna?]

Cada dos años y medio

Eso hace que la Luna se vea mucho menos iluminada. Además, parte de la luz que recibe es reflejada por la Tierra y la atmósfera de nuestro planeta hace el resto en cuanto a la composición de colores. El espectáculo se completa a coincidir con el segundo periodo de Luna Llena del año. Además, se produce con una superluna, otro fenómeno físico que hace que el satélite se vea hasta un 145 más grande y un 36% más brillante. Estas coincidencias se dan cada dos años y medios.
[Ver: ¿Por qué siempre hay luna llena en semana santa?]
 

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