Un grado, medio grado. Qué más puede dar. Quizá estamos exagerante con esto del cambio climático, ¿no? A ver, que medio grado tampoco se nota tanto. Qué más da 22 grados que 22,5 grados. Hay que tener la piel muy fina para notarlo. Pues sí, sí que importa y mucho. Medio grado es la diferencia que pueda haber entre la supervivencia de muchas comunidades. De ciudades costeras. De cosechas, ecosistemas y especies. La diferencia entre nuestra supervivencia o no. Al menos es lo que muestra el informe publicado por Earth System Dynamics, el magazine online de la Unión Europea de Geociencia.

De 1,5 a 2 grados

El informe trata de mostrar la importancia de conseguir los objetivos del Acuerdo de París. Ahí se estipula que es necesario que el incremento de la temperatura se mantenga, como mucho, en 1,5 grados. Nunca llegar a los 2 grados centígrados. Pero qué más dará. Pues según el informe bastante. Los investigadores aseguran que las olas de calor serán mucho más largas. En total pueden llegar hasta el mes y medio, por el mes que se alargarían si el ascenso fuera de 1,5 grados. Lo contrario ocurriría con las precipitaciones. Con la subida de grado y medio, descenderán un 9 por ciento. Solo medio grado más cálido y las lluvias bajarían un 17 por ciento. Sin embargo, las tormentas serían un 2 por ciento más frecuente con más calor.

Impacto en la agricultura

Pero todavía más significativo sería el impacto de ese medio grado en la agricultura. Con 1,5 grados de subida, las cosechas de trigo caerán un 9 por ciento, con 2 grados, un 16 por ciento. Las de maíz bajarán un 3 por ciento frente al 6 por ciento si el calor sube hasta 2 grados. Solo las cosechas de arroz no se verían afectadas. En cuanto al nivel del mar, el ascenso en grado y medio de la temperatura atmosférica supondrá una subida de 40 centímetros. Con el medio grado extra, esta subida llegará hasta los 50 centímetros. Sí, puede que a ti no te parezca que medio grado de temperatura suponga una gran diferencia. Pero para la Tierra sí que será crítico.