Un metro cuadrado. Ese espacio tan concreto, tan ajustado a nuestra anatomía, es lo único que necesitamos para sobrevivir. Evidentemente, no para vivir en él. Más bien para respirar. Porque un metro cuadrado de bosque aporta a la atmósfera el oxígeno que una persona respira durante un año.

Basura u oxígeno

El problema es que cada vez es más difícil encontrar ese metro cuadrado en un bosque sin que contenga su buena porción de basura. Somos conscientes del problema de la suciedad en las ciudades pero no tanto de lo que ocurre en los entornos naturales. Y la basura no solo genera no genera oxígeno, sino que se come el que hay. Por eso surgen iniciativas como el Proyecto Libera. Esta idea, promovida por la organización SEO Bird/Life, busca lograr el compromiso de los amantes de la naturaleza. Y en general de todo el mundo.

Recoge lo que no es tuyo

Muchas veces cuando vamos a un entorno natural vemos la basura desperdigada. Es una imagen que no nos gusta. Pero pocas veces hacemos algo. Al final consideramos que esos desperdicios no han sido tirados por nosotros y por tanto no tenemos responsabilidad sobre eso. Pero sí la tenemos. Porque limpiar la basura, aunque no sea nuestra, libera al bosque o al campo de esos vertidos que no solo afean el paisaje. Si cada persona limpiara tan solo un metro cuadrado se liberarían millones de hectáreas cada año. Y esa liberación redundaría en un ambiente más limpio y en esa cuota de oxígeno por persona. Para poner el plan en marcha, la organización va a convocar salidas a la naturaleza con los participantes provistos de bolsas de basura. Así, cada individuo invertirá menos de una hora en limpiar su trozo de bosque y el resto del día en disfrutar de un espacio limpio y sano.