Hemos permanecido mucho tiempo atentos a las palabras de Stephen Hawking y ahora las echaremos de manos. Pero es importante saber que el físico británico no podía hablar. Su enfermedad, la esclerosis lateral amiotrófica primero y una severa neumonía acabaron con su capacidad de hablar.

Ingeniería de sistemas

Pero no de comunicarse. Detrás del sistema que permitía a Hawking dar conferencias y entrevistas está una mujer, Lama Nachman. Nachman, alta responsable de ingeniería de sistemas de la compañía Intel comenzó a trabajar en los noventa con Hawking para diseñar un programa que permitiera convertir los pensamientos del físico en palabras. Se trataba de un proyecto en el que Nachman se volcó considerándolo más una cuestión emocional que técnica.

El sistema, que fue evolucionando con el tiempo y las mejoras tecnológicas, mezclaba elementos de reconocimiento de movimiento del ojo, del pómulo, receptores cerebrales y reconocimiento de texto.

En los últimos años se incorporaron también elementos de inteligencia artificial.

La voz elegida

Los inicios no fueron sencillos. Nachman tuvo que adaptar sus ideas a los hábitos de Hawking que se confesaba más cómodo con los sistemas que había utilizado antes. De este modo, en Intel tuvieron que trabajar para adaptar sus innovaciones a las exigencias del científico. Con el uso y la costumbre, los ingenieros pudieron ir introduciendo nuevas funcionalidades como 60 nuevas interacciones y mejoras en el sistema de texto predictivo. Sin embargo, uno de los factores de que se mantuvo en todo este tiempo fue la voz sintética tan característica. Otra petición expresa de Stephen Hawking que desde el principio comprendió que resultaría diferenciadora. Todos los sistemas creados para el científico servirán a más personas en su situación. Un legado más que deja Hawking y, en este caso, la mujer que puso voz al genio.